María y Javier son los nombres de dos resistentes de la tele, periodistas de la cadena pública estatal, comprometidos con buenos productos informativos y ahora amenazados por las bajas audiencias y sus efectos destructivos. ¡Ay, las audiencias, qué injusticia profesional! María Casado y Javier Ruiz, catalana y valenciano, miércoles y viernes, hacen lo mejor que hay en estos momentos en La 1, mientras en La 2 This is philosophy hace cumbre cualitativa para el 1,5% de los televidentes. Sí, el tamaño de las audiencias importa, aunque los canales públicos juegan en la liga de la decencia y no en la privada codicia.
María Casado presenta desde Catalunya un magnífico espacio de entrevistas, en directo, llamado Las tres puertas, tras las que aparecen otros tantos personajes a quienes procura extraer el alma. La hipersensible María se implica tan a fondo que a veces ella misma termina en lágrimas. Antonio Banderas, su productor, la emocionó por cariño y el showman Pedro Ruiz la hizo llorar por su miedo a los resultados. Y son malos, con una media del 5,5%, pese a la preciosidad del programa y su diseño. Los números no cuadran con la belleza.
Javier Ruiz, más viajado por los platós que el baúl de la Piquer, imaginó Las claves del siglo XXI como enmienda a las tertulias, en franca decadencia. Odia a los opinadores pedantes, como ese que proclamó el parecido ideológico entre Putin y Lenin por llamarse ambos Vladimir. Javier ha dado con la tecla en los análisis de nuestros problemas sustituyendo contertulios por expertos y juicios por datos. Luz en lugar de bronca. Pero solo llega al 6%, aún lejos de la media de la cadena. Tengan paciencia en los elevados despachos de TVE, porque en horas de alboroto social y intoxicación populista María Casado y Javier Ruiz son tan indispensables como el aire y la paz. Son democracia que no se rinde.
Totalmente de acuerdo con su valoracion.
Eskerrik asko, Imanol
A ver, Javier Ruiz es un pájaro que acusó de «racistas» a unos ttrabjadores que iban a perder su empleo al ser sustituídos por inmigrantes que cobraban mucho menos. Quizás debería predicar con el ejemplo y ceder su puesto a un mauritano que cobre el salario mínimo. De su ejercicio de la profesión en lo referente a Catalunya… En fin, pues lo mismo que el resto de la Prensa del Régimen.
Si éste ha de salvar la tele…¡Dios – o quien sea- bendiga Internet!
Nadie es perfecto en la prensa y la política española