Mar y bravura en verano

El verano ofrece vivencias únicas, aunque hay quien prefiere il dolce far niente, una forma italiana de holganza justificada por el calor extremo. En Euskadi no ocurre lo mismo, con nuestros estíos suaves y las ganas de marcha. Tenemos el deporte y en esta época brillan el ciclismo y las regatas. Con la bicicleta hemos maravillado en las etapas iniciales del Tour 2023. ¡Qué espectáculo de color y entusiasmo! Y ahora estamos en la Liga de traineras que parece hecha a medida de la televisión. El remo se vive desde las orillas, pero se disfruta en ETB, que se esmera con un gran despliegue de cámaras en las embarcaciones, aéreas y a ras del agua, además de grafismos, batimetrías y su equipo de comentaristas. Todo sería perfecto si durante las retransmisiones se retiraran los barcos de los domingueros de la costa, porque estorban.

Esta temporada promete emociones añadidas, con Zierbena terciando en la rivalidad entre Bermeo y Hondarribia. Quienes vienen de fuera o se asoman a ETB1 alucinan con el esfuerzo de los bogadores en sus 20 minutos extenuantes y la habilidad en la ejecución de las ciabogas, a lo que se añade el ambiente de fiesta y color en rías y puertos. Y así será hasta el 17 de septiembre, pasando antes por la Bandera de la Concha, auténtica Champion del banco fijo. No está en juego solo una competición exigente donde confluyen el mérito de los clubes, la profesionalidad de los remeros y el patrocinio de las marcas y entidades que sostienen esta maravilla cantábrica. Está también, como epicentro emocional, la porfía interterritorial entre Gipuzkoa y Bizkaia.

El espectáculo se devalúa en las regatas femeninas por la ausencia de botes vizcaínos; pero aun así las pruebas de las chicas son ya parte fundamental del festival del remo, deporte de mar y bravura donde no se canta, sino que se boga, boga, mariñela. 

JOSÉ RAMÓN BLÁZQUEZ

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