
Érase una joven política a quien la codicia llevó a falsear su currículum. Manifestó poseer un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas y añadió un Grado en Estudios Ingleses, incluso imaginó ser licenciada en Derecho por la Universidad Central de Missouri y profesora de Ciencias Políticas. Y por modestia no agregó un doctorado honoris causa por Harvard. Hasta que un mal día se descubrió el engaño y Noelia Núñez fue obligada a dimitir como diputada del Congreso, concejala en Fuenlabrada y vicesecretaria de Movilización y Reto Digital del PP. A su caída en desgracia añadió una penúltima mentira: “Ha sido un error”, a sabiendas de la intencionalidad de sus trolas. ¿Cuál será el destino de esta impostora?
En efecto, su porvenir es la tele, consuelo de los afligidos, consolatrix afflictorum, según las letanías lauretanas para pequeños pecadores. Y ya la tenemos en Cuatro como tertuliana del espacio En boca de todos que dirige Nacho Abad, cronista de sucesos. También podría haberla fichado Iker Jiménez para que contase el misterio de su currículum fantasma y su experiencia como la chica de la curva de la calle Génova. Antes de su derrumbe ya la veíamos en laSexta Xplica dando a diestro, que no a siniestro, contra las maldades de la izquierda.
¿Y qué va a hacer Noelia en la tele? Ser objeto de mofa y dar risa y pena a la vez, pues siempre será la tramposa del currículum, al igual que Andy Byron será eternamente el tío de los cuernos cazado por la kiss-cam en un concierto de Coldplay. Que sepa que en la tele a los tertulianos les pagan una mierda y que quien acude a reivindicarse (Mario Conde lo intentó en un canal ultra) fracasa sin remedio. Sálvese, señora, del contagio de su mentora y mentirosa Ayuso y no caiga en la tentación de regresar a la política.
JOSÉ RAMÓN BLÁZQUEZ
Mucho le agradecería escribiera su parecer acerca de lo que está ocurriendo con las monjas de Belorado.
IGLESIA y MUJERES
Recurramos a la historia. Las Beguinas fueron aquellas mujeres cristianas que, en el siglo XII, en Flandes y en los Países Bajos, decidieron agruparse para vivir juntas su deseo de entrega a Dios y a los más necesitados, pero haciéndolo al margen de las estructuras de la Iglesia católica, a la que rechazaban por su corrupción y por no reconocer los derechos de las mujeres.
Estas comunidades gozaron de dos siglos de expansión rápida, pero fue precisamente este auge y su falta de sumisión a las altas esferas eclesiásticas lo que provocó su persecución por parte de la Iglesia, llegando a considerarlas brujas a algunas de ellas para ser quemadas vivas…y a otras herejes para condenarlas injustamente.
El debilitamiento de estas organizaciones se inicia cuando los «REYES logran el PODER TEMPORAL y la IGLESIA el CONTROL ESPIRITUAL» de las mentes de los pueblos y forman entre ambos el «TRIBUNAL de la INQUISICIÓN».
Más recientemente las mujeres se encontraron con que tenían dos opciones de vida, casarse o convertirse en monjas…y en el siglo pasado, en Los Ángeles- California, hubo quienes se acercaron a la fe católica por la posibilidad de poder conseguir estudios universitarios y con ello una cierta independencia laboral y la orden Misioneras del Corazón de María les ofrecía todo eso y más, pero viendo las prácticas patriarcales, represoras y autoritarias ejercidas por el cardenal James Francis McIntyre, quien presidía la Arquidiócesis de la ciudad de Los Ángeles, se propusieron acabar con todo ello, por lo que formarían parte de una verdadera revolución, puesto que su voluntad era el de trabajar por el bien común y por su propia libertad. Se destacaban por su modelo educativo liberal y de avanzada, pero el Cardenal se negaba a pagarles un salario. El enfrentamiento estaba servido, porque querían mostrar a sus estudiantes lo que estaba sucediendo en el mundo, manteniéndose fieles a la vocación de educar, como también a cultivarse como personas. Tan revolucionarias y liberales eran esas ideas que fueron rechazadas por la Arquidiócesis de Los Ángeles con el apoyo del Vaticano y expulsadas, (entre 300 y 400 monjas), por lo que tomaron la decisión de renunciar a sus votos, pero sin abandonar la fe católica.
Hubo quienes creían que desaparecerían de la faz de la tierra, pero continuaron en su empeño, constituyendo una comunidad, conformada por hombres y mujeres bajo una nueva organización ecuménica, independiente y activista.
En este caso actual de las clarisas (ex) de Belorado surgieron nuevos actores como fueron el obispo excomulgado y el barman-sacerdote, que me imagino quería cambiar el vino por sus cócteles predilectos…y por supuesto vendrán otros…todos ellos con el común denominador del negocio de por medio…pero que no sirvan de pretexto para exculpar a la iglesia de sus errores.
En fin, como muy bien dijo E.Cady Stanton, la Biblia y la Iglesia han sido, (y siguen siendo en el presente), los mayores obstáculos de la emancipación de la mujer.
Me siento incapaz de entender el asunto de las monjas de Belorado y su conflicto con la Iglesia. Conozco al obispo Iceta y me parece un equilibrista entre mundo contradictorios. No me gusta nada. Un saludo,