De pocos dramas humanos se han ocupado más la literatura y el cine que de la epopeya por la recuperación del honor perdido, en la que confluyen la reivindicación de la justicia, el ejercicio de la venganza, el rescate de la verdad y la lucha contra el olvido. Romántico, pero vulgar como un ajuste de cuentas. Algunos lo consiguen en vida, a otros les rehabilita la historia y los demás mueren sin reparación. Mario Conde, el ex banquero encarcelado por el saqueo de Banesto, lleva años tras la reclamación pública de su honra, básicamente porque es demasiado vanidoso y soberbio para aceptar la humillación de su culpabilidad perpetua. Y a ese menester ha dedicado varios libros, su verbo brillante en Intereconomía e incluso la creación de un partido político, SCD, que en las últimas elecciones gallegas obtuvo el 1,1% de los votos, un fiasco con precedentes. Desde el pasado jueves una serie de dos capítulos en Telecinco, “Mario Conde, días de gloria”, pretende proporcionar argumentos emocionales para la definitiva restauración de su figura.
Nada podía lograr Mario Conde en Intereconomía, excepto seducir a los fachas y por eso ha transitado a Telecinco, que le ha ofrecido, con la frívola Ana Rosa como introductora de embajadores, un proyecto menor: una TV movie en julio, época indicada para productos en liquidación, que ha fracasado en audiencia, con un 11,1% y 1.689.000 espectadores, mucho menos que Chicote, ganador de la noche. La serie es pretenciosa y tiene detalles tan chuscos como la caracterización de Felipe González con una aproximación a El Fary. Su mayor error es pasar por alto que los protagonistas de aquel tramo de historia, la beatifulpeople, reposan momificados en el desván de la memoria popular.
El fondo conspiranoico del relato pudre la verosimilitud de los hechos, como obviar el asqueroso uso del sentimiento antivasco para impedir la OPA del BBV de Sánchez-Asiaín sobre Banesto. En términos financieros la película como tentativa reivindicativa se resume en esta patética certeza: Mario Conde está amortizado.
Muy buena reflexión sobre ete personaje, que un dia fue un ilustre y poderoso banquero . Hoy , convertido en un delincuente , disgrazado de hombre educado y elegante. Eso sin, un ladron, y sin categoría humanba,. Intenta limpiar su imagen, pero esta tan sucia que no tiene remedio. aunque en España los delincuentes son los que triunfan y cuanto ma dinero roben mejor etan considerados. España no tiene valores.
Felicidades por el ariculo, me hagustado mucho.
Muy bueno.
Precisamente vengó de leer un blog de psicología que dice que es un psicópata.
Os dejo el enlace, es muy curioso y todavía estoy rumiando la idea.
¿Es Mario Conde un psicópata?
http://psicoenganchado.blogspot.com.es/2013/07/es-mario-conde-un-psicopata.html