Se veía venir. Antena 3 ha arrebatado a Telecinco el liderazgo de la audiencia en enero por tres décimas y una actitud innovadora de diferencia. La caída del pedestal de la cadena de Berlusconi tiene, además de los efectos inmediatos en los ingresos publicitarios y en la cotización bursátil de la marca, un gran valor simbólico: el sistema audiovisual tradicional no es estable y ya nada ni nadie en la tele tiene su cuota consolidada. Telecinco sufre hoy el castigo por su posición conservadora y su apuesta obstinada por personajes y programas que se reducen a la rutina del entretenimiento populista. Paga con la derrota su vieja prepotencia y sufre la degradación de unos contenidos que aburren a sus fieles y espantan a los espectadores más equilibrados.
Es verdad que la victoria mensual de Antena 3 no hace otra cosa que confirmar el duopolio de la televisión en España; pero sirve al menos para bajarle los humos a Vasile y advertirle de que ha llegado la hora de cambiar de gestión y talante. Incluso a los indiferentes al vuelco de audiencias nos alegra que Telecinco obtenga la respuesta merecida a su odioso modelo, particularmente activo en el patrocinio de la telebasura y la propagación de la vulgaridad pública.
El nuevo ranking deja unos cuantos ídolos caídos. Por la mañana Ana Rosa ya no es líder y Susana Griso, con la baza de la humildad, le gana la partida casi siempre. Por la tarde, Jorge Javier siente la amenaza de los productos alternativos a su patio de comadres viperinas. Y en el prime-time, Antena 3 y La Sexta, más creativas, se abren a la sociedad con imaginación y dinamismo. El fin de semana también es ruinoso, quizás porque la Campos y Jordi González ignoran que no solo de nostalgia viven las masas. Telecinco empieza a caducar, mientras crece la chispa de El Hormiguero, la credibilidad de Évole y la ironía cómica de Los Simpson. Las ideas renovadoras necesitan el oxígeno de la libertad para fructificar. La decadencia de Telecinco es una buena noticia en medio del estupor y la ira de estos días.
Me alegro , que telecinco bje la audiencia. Esos programas son neastos, carecen de contenido. Solo se ocupan de la vida de determinados «personajillos», que si van , que si vienen y todos sus miserias . No entiendo como le puede interear a las personas la vida de los demás. Esta estrategia de estos porgama decotilleos, es para distraer a la sociedad, de los verdaderos problema que hay en la realidad. Graves, y que necesitan mucha soluucion. Esto mismo hacia el dictador, distraer al pueblo con inaguracones de pantanos y la pesaca, y asi al pueblo lo manejaba como queria. Deberian tener 0 de audiencia.
Me ha parecido un articulo muy intereante, de concer lo que eta sucediendo en la television. Felicidades.