¿De verdad se va Jauregui?

Domingo 18 de marzo de 2018

Estuve ayer por la tarde con un militante socialista que por la mañana había estado en el acto organizado en el Arriaga para recordar el 25 aniversario de la convergencia, o absorción, entre aquella Euzkadiko Ezkerra y el PSE. Me dijo que le había gustado el discurso de Ramón Jauregui aunque no se creía su despedida. ”Uno dice que se va para que le digan, ”no te vayas”. Lo veremos pronto si es así.

Le pregunté si sabía si, efectivamente se iba de la política, ¿dónde iba a vivir?. La respuesta para mí a esta cuestión es muy sintomática pues el gran quiebro, el mayor hándicap que tienen los socialistas en Euzkadi es que se les queda pequeño su país y sueñan con dar el salto a Madrid. Todos sus secretarios generales viven o han recalado en Madrid. Benegas, Jauregui, Redondo, Patxi López. Todos. Lógicamente la gente se da cuenta de eso y termina poco a poco por no sentirlos como un partido estrictamente vasco que se preocupa de sus problemas y eso que es más antiguo que el PNV y que en la guerra tuvieron sus batallones de los que nadie habla. Filosofan sobre la proximidad con el votante pero a cuatrocientos kilómetros de distancia y eso ya no engaña a nadie. Y me da que Jauregui ha montado su campamento base en Madrid, y allí se quedará. Veremos.

Esa es la diferencia con los nacionalistas vascos. Nosotros vamos y venimos pero no hay un solo diputado ni un solo senador del PNV que se haya quedado a vivir en Madrid, en cuarenta años y eso la gente también lo nota. Afortunadamente para ellos parece que Idoia Mendia no tiene esa ambición. El poder lo da la continuidad del discurso y del ejemplo, el no cambiar de casa e ir tejiendo complicidades donde se vive.

De Jauregui oí hablar por primera vez al burukide Gerardo Bujanda en los años setenta pues los dos trabajaban en la misma fábrica en Pasajes y sus apreciaciones eran buenas. ”Es un joven bien formado, con respeto y uso en relación al euskera, con pulso e inquietudes y que además tiene cara de joven del PNV y sensibilidad social” nos dijo y me da que quiso captarlo. Nos hizo gracia aquello de cara del PNV, porque seguramente habrá jelkides con cara de socialista de la margen izquierda. Seguramente lo diría porque había estudiado en La Salle, a diferencia de Benegas en los Jesuitas.

Jauregui tras su paso por la Gestora donostiarra y por UGT fue Delegado del Gobierno español en Gasteiz en plena acción de los Gal y, al parecer no se enteró de nada ni preguntó nada. Habrá que creerle que él nada tuvo que ver con aquella siniestra operación y le creo; pero sí tiene una inmensa responsabilidad “in vigilando”. Demuestra poco interés, poca perspicacia, poca curiosidad y poca sensibilidad el no haber levantado la voz teniendo bajo tu mando a la policía y guardia civil. Todo ello, muy malo. Yo siempre se lo he achacado y algo debe ser verdad pues no me puede ver ni en pintura y nunca me saluda. No lo explica y no sabe encajar. No le gusta le toquen este tema y como vivimos en una sociedad muy permisiva encima toleramos que nos de clases de cómo tiene que funcionar la democracia pero cuando él tuvo responsabilidades en Los Olivos, no se enteró que estaban matando a 28 personas.

Jauregui fue importante en el Gobierno Ardanza como Vicelehendakari e hizo una buena gestión y se llevó bien con el Lehendakari, siéndole muy leal pero cuando obtuvo un resultado no cónsono con su trabajo, ésto le sirvió de excusa, no para perseverar en consolidar un espacio de logros y gestión para el partido socialista necesitado de ello sino para coger el portante e irse a hacer carrera en Madrid donde llegó a ser ministro de la Presidencia, un ministro crepuscular de la era Zapatero, con quien no había tenido buenas migas.

Le recuerdo cuando nos venía al Senado y nos contaba lo que le parecía el orden del día de la semana y de cómo se preocupó de los llamados “niños de la guerra” que vivían en Rusia pero como ministro cometió una de sus pusilanimidades cuando no resolvió de una vez por todas el contencioso del Valle de los Caídos con el que hubiera pasado a la historia tras aquel acuerdo sobre lo que hacer con semejante monumento a la dictadura y a la guerra a setenta años de aquella tragedia.

Toda su obsesión era pactar con el PP para que este partido entrara por el aro del acuerdo, algo metafísicamente imposible como así sucedió y ahí sigue Franco honrado en ese megalómano Mausoleo impropio de una democracia. Pues fue Ramón Juaregui el gran responsable como ministro de la Presidencia por pura debilidad negociadora y teniendo como tenía el apoyo de todos los demás grupos de la Cámara el que sigamos con la misma murga del Valle de los Caídos, algo que achacó el ministro de justicia Rafael Catalá en reprocharle al Partido Socialista su inacción en un tema como éste teniendo como tuvieron el apoyo suficiente e incluso la mayoría absoluta. Eso al final se paga.

Juaregui no pasará la historia ni por luchar por desarrollar como un bulldozer el Estatuto de Gernika, aunque ha sido un defensor de él, ni por su fulgurante actividad en el Parlamento europeo del que apenas hemos tenido noticia aunque ha sido claro y rotundo en relación con la situación de los derechos humanos en Venezuela, ni por haber tenido un gran éxito dirigiendo la campaña en su día de Rosa Díez. Quedará como aquel atildado chico de buenas maneras y discurso respetuoso y bien trabado que pudo haber sido y que nunca fue. Ni carne, ni pescado. Solo le deseo que sea feliz y que de vez en cuando sea políticamente incorrecto y valiente. Tiene un nombre y eso da para mucho.

4 comentarios en «¿De verdad se va Jauregui?»

  1. Ramón Jauregui Atondo es hijo de navarros. Creo que su padre era socialista y fue desterrado, y acabó en Gipuzkoa donde nació Ramón, quien después de trabajar en una fábrica de Pasajes pasó a la UGT y se afilio al PSOE, una vez muerto Franco y por supuesto tras el golpe de estado de Suresnes, donde se cargaron a aquellos socialistas con solera, luchadores, con ideología y honrados. La vieja guardia. Yo recuerdo que en las primeras elecciones había un partido: PSOE-H (por histórico) que no se comió nada claro, pero que recogía a los socialistas exiliados, los del exterior. En el Gobierno Vasco en el exilio había algunos como Juan de los Toyos y Santiago Aznar, a quien expulsaron del PSOE por simpatizar con las tesis secesionistas. También estaba el comunista Astigarrabia. En esos tiempos los socialistas hablaban de las naciones ibéricas, y en concreto los de Eibar, proponían una Confederación Ibérica.
    Eran tiempos “heroicos”, con mártires de la causa, como su secretario general, Tomás Centeno, muerto en la DGS, por supuesto torturado, pero la versión oficial era el suicidio. Bueno, posteriormente también fusilaron al comunista Julian Grimau, noticia esta que oímos en la famosa Radio Pirenaica Independiente, entre las interferencias de la policía española.
    Donde estaban Felipe González, y por supuesto Ramón Jauregui hasta que murió Franco? De vacaciones, o de “caxondeo”. Bueno Felipe viajó a Lovaina, sede de la famosa universidad, donde en tiempos había 400 vascos, de los cuales 300 o más de ETA. Felipe fue a “hablar con los exiliados españoles antifranquistas”. Como me dijo el que me lo contó, que estaba ahí: no se enteraba de nada. Lo de la lucha por la independencia de Euskadi, no es que estuviera o no de acuerdo, es que ni le sonaba.
    Bueno, en Europa sabían que Franco duraría poco, y los “socialdemócratas”, alemanes, que se definen como un partido de centro-izquierda, se pusieron manos a la obra para conseguir una sucursal en España. No podían permitir que la futura izquierda en España quedara en manos del Partido Comunista, muy activo y que participaba en la llamada “Junta Democrática” y el PSOE no. Sabían que desde el congreso de Toulouse el secretario general en el exilio Rodolfo Llopis controlaba un partido socialista que era marxista. Había que propiciar, apoyar, financiar y lo que hiciera falta, otra línea en el PSOE, y encontraron (o inventaron) el “grupo de los sevillanos” (Felipe González, Alfonso Guerra y Manolo Chaves, joer, joer, joer….) estos no tenían más talla política que la actual Susana Diez. Que mejor para esto que el geta de Willy Brandt, que no se llamaba así, sino que este era el nombre clave, el nombre de “guerra” (no sé qué guerra) contra los nazis. Fue éste un Robin Hood, un “Juanín”, un Campesino” o un maquis francés?. Pues no, cuando llegaron los nazis al poder, este héroe se fue a Noruega, y se nacionalizó noruego. Y cuando ocuparon los nazis Noruega, se quedó a luchar por su nueva patria? Pues tampoco, se escapó a Suecia. Cuando Alemania perdió la guerra, más gracias a Churchill que a nuestro héroe de Lübeck, este volvió a Alemania, se nacionalizó alemán y se afilió al SPD. Que dirían el “grupo de los sevillanos” cuando les contó esto: “Eleeeeee ¡!!!!!” Más adelante Ramón Jauregi pensó que de esto se viviría mucho mejor que en una fábrica de Pasajes. Además en Gipuzkoa iba a tener poca, muy poca competencia (en ese partido claro).
    Bueno la Internacional Socialista, o sea Willy Brandt, estimó que sus chicos sevillanos eran más adecuados para sus intereses que la otra opción: Tierno Galván, “El viejo profesor”, cursi y redicho donde los hubiera, y muy pagado de sí mismo, alardeando de su sabiduría. En fín, que preferían a un indocto como Felipe que a un presunto sabio.
    Se muere Franco, y al cabo de un año, nuevo congreso del PSOE. Para entonces ya se habría afiliado Ramón Jauregi. No había peligro, no había necesidad de escapar a Noruega. En ese congreso o en el siguiente, haciendo muchos pucheritos, el PSOE renuncia, reniega del marxismo. El alemán-noruego-alemán feliz. Es lo que quería y era el encargo que había recibido de los que mandan, que es más difícil saber quiénes son que saber quién es el Sr. X
    Con su carnet entre los dientes empezó su trayectoria política, creo que de parlamentario en el Parlamento Vasco, hasta, que con el PSOE en la Moncloa le nombran delegado del gobierno en Euskadi, justo cuando el GAL mataba, asesinaba a gente de ETA y no de ETA, pero bueno, los muertos al fin y al cabo eran vascos, y podrían haber hecho algo malo. Cuando la cruzada contra los cátaros albigenses, las tropas preguntaron cómo distinguirían los buenos católicos de los herejes. La respuesta que recibieron fue que “mataran a todos que Dios ya elegiría a los suyos”. Cuando le tomaron declaración, Jauregi no sabía nada del GAL ni de los fondos reservados, no sabría nada de verdad, no iba a mentir a un juez español….
    Más adelante, ya que el PNV se escinde, y los personalismos pesaban mucho (lo digo visto desde fuera), para formar gobierno había que pactar antes con el enemigo que con el hijo (hermano) pródigo y se pacta con el PSOE, y Jauregi es vicelehendakari. El PSOE alardea que habían ganado las elecciones pero que generosamente cede n la presidencia al PNV…. Más adelante, cuando pudieron pactar con el PP no cedieron la presidencia a Ibarretxe. No sé si fue en el primer gobierno PNV-PSOE, hubo de inventarse una consejería para emplear a Rosa Diez.
    En fin, este tío no ha hecho nada al servicio de este país, y sólo se ha preocupado por hacer carrera en Madrid. Para colmo, cuando se lo quieren quitar de encima lo mandan a Europa, a viajar en primera clase, a cobrar un pastón, a no pagar impuestos (ni el IVA) y a no trabajar nada. Igual se aburre más que Felipe en aquel Consejo de Administración… Lo que me pone malo es oirle hablar con ese tono de voz afectado, cursi, como si fuera un catedrático, dando a entender que entiende de todo y no sabe de nada. Hasta el gesto es fingido y afectado. De lo que sí sabrá es de los fondos reservados, pero por encima de todo está la “omertá”.

  2. Para Mikel P.K.

    Hombre, decir que «Isidoro» dio’ un «golpe de Estado» en Suresnes me parece un exceso literario.
    Le sugiero dejarlo en un golpe de mano.
    Golpe de mano con el clan sevillano, con éxito.
    Y apeó de la dirección del PSOE a la vieja guardia, ignoro cuán honrada era, después de lo del Vita, por ejemplo.

    Y el PSOE se quebró un poco. Aún en las elecciones de 1979, el PSOE-H cosechó 110.000 votos, el 0, 0,74 % del censo electoral.

    Baste’ el apoyo de Willy Brand y los maletines repletos de marcos para afianzar al PSOE y a la UGT en un escenario político que no se quería segunda version del Portugal post 25 de Abril ni contando con que Carrillo y Dolores Ibarruri navegaban por el eurocomunismo, a diferencia de Cunhal y su PCP.

    Por cierto, ¿de dónde sacó el PNV los fondos para implantarse en la Transición?

    Saludos y salud.

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