BERLINALE 4: Breves meditaciones reactivas y paradójicas ante las tumbas de los Hohenzoller

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Ayer estuvimos visitando la cripta de la Catedral de Berlín, en la que se agolpan los féretros de la familia Hohenzoller en una sucesión obsesiva de Federicos y Guillermos. Y por la tarde, en el hotel, escribí estas líneas, sin saber muy bien porqué:

«Ya sé que admitir el tiempo cronológico es admitir ese “ser-para-la-muerte” heideggeriano.Y que lo más puro, como un  animal cualquiera , sería abjurar de nuestra capacidad de abstracción y  sobrevivir a la caza  de la ocasión, del kairós, utilizando  las vías de escape al uso, bien por un «camino interno» – como la meditación, el deporte o el arte- o bien  por una implosión generada desde el exterior- del  alcohol hasta el LSD, pasando por la hiperactividad guerrera…en cualquier guerra. Además, teorías científicas y éticas, no faltan a la hora de legitimar estas opciones que, últimamente, se resumen a sí mismas en un narcisismo muy operativo y ya muy comercializado.

Pero la negación de la capacidad de abstracción por cualquier vía no responde sino a una sumisión directa o indirecta a la naturaleza y, correspondientemente a la consideración de la sociedad como una forma más de la naturaleza, es decir, a su jerarquía: esto es evidente en todas las visiones del ser humano de matriz oriental que  en  desorientada traducción han servido  en nuestros lares para desengancharse  supuestamente de la presión individual y colectiva ejercida por el poder occidental,y , al cabo, para someterse  a un poder todavía mayor  y más arbitrario, carente de cualquier control garantista…

Pues , en efecto, dejarse llevar  con docilidad   de la mano del acontecer, es mucho más fácil  y sencillo que pretender ir a algún nuevo lugar asumiendo además  la caducidad del viaje. De manera que la conciencia de la muerte  puede llegar a ser paradójicamente una plena conciencia de la vida…»

Leído lo cual a un colega turista de ciertas ínfulas eruditas pero que va de rapidillo, me ha dicho: » Vamos, Peli, que  tú también te apuntas a lo de  < a follar, a follar…que  el mundo se va a acabar>  …». Y yo: » Bueno, no exactamente…»

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

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