Como todos los años que viene a recoger a los niños de Chernobyl, el presidente ruso Vladímir Putin aprovecha para pescar a cuchara unos leptospirosis bilbainos en la zona del Ayuntamiento, santuario predilecto de apareamiento de estos escualos imberbes que remontan en verano la Ría desde el Océano Cantábrico para reproducirse. El Alcalde declinó la invitación por ser básicamente vegetariano.