Querida Christine: no sabes cómo te entiendo. Te nombran directora del Fondo Monetario Internacional y te ponen verde. Y todo por un sueldo de 323.234 euros al año, más 57.858 euros para gastos de bolsillo, una cantidad imprescindible para mantener un nivel de vida adecuado a tu cargo. Nadie te tiene en cuenta ese gran gesto de solidaridad con los mileuristas, cobrando 1.043 euros al día.
Y es que los simples mortales no son conscientes del trabajo tan duro que implica dar dinero y recoger intereses mientras países enteros se arruinan. No saben que hace falta dar la cara y salir en la tele diciendo que hay que subir el iva del 18 al 23 por ciento, que hay que bajar el sueldo a los funcionarios, reducir el déficit en el sector público y bajar las prestaciones de desempleo.
Ser una de las máximas responsables del expolio de la burbuja-financiera de la riqueza mundial se tiene que pagar bien. Además, ganando medio millón libre de impuestos, se te ocurrirán mejores medidas de austeridad para salir de la crisis. Sin olvidar que tú nunca forzarás a un camarero porque tienes que demostrar una moral impecable y cumplir con unos códigos éticos estrictos. ¡Qué ingratos! ¡Qué poco se acuerdan de lo que cobran los Botín, González, Rato o del escándalo de que el Madrid pague 30 millones de euros por Coentrao! Eso, eso, que salgan a la calle más indignados y los que ya tengan perro que se compren la flauta. ¡Cuánta incomprensión querida!