La marca España que Rajoy se está currando en el mundo son pobres buscando comida en los contenedores y policías dando candela. ¡Y luego hablaban de la mala imagen que daba Sánchez Gordillo y sus carritos de súper robados! Los vídeos de las cargas policiales durante la protesta del 25-S Rodea el Congreso han aparecido en los medios de comunicación internacionales y han sido portada en la BBC, Le Monde, The Guardian, CNN o La Stampa, mientras Rajoy presumía de foto en Nueva York con Obama y señora.
Hay que ver cómo cargaba la poli, tipo años 70, cual grises analfabetos apaleando jóvenes parados y perroflautas, oiga, que no eran guerrilleros de Colombia ni sandinistas, o cómo se cebaban contra un peligroso asaltante de 60 años que enarbolaba una subversiva arma, la bandera de Andalucía. Los antidisturbios a porrazo limpio enseñando a los jóvenes no educación física (por lo que corrían) sino historia.
Es difícil entender cómo hay 27 policías heridos, (tan aguerridos con sus cascos, petos, porras, botas y escudos), a menos que sean los secretas infiltrados para reventar manifestaciones. Ojo, de alborotadores no, de golpistas, como dice Cospedal. «¡Que soy compañero, coño!» se oye en el tumulto. Pero lo cierto es que hay más gente en cualquier botellón que en el asalto al Congreso porque somos un pueblo de adormecidos ciudadanos consumidores de realitys de TV, y como decía aquel, una nación de ovejas solo engendra un gobierno de lobos.