Treinta señorías han extraviado sus herramientas de trabajo. ¿Qué esperaban? Si no son capaces de cuidar de la sanidad y la educación, cómo van a estar pendientes de un iPad. Si querían que los diputados conservaran sus chucherías electrónicas deberían haber atado las tablets a los escaños como hacen con los bolígrafos en Correos.
Ya me los imagino delante del señor Posada dando explicaciones. «A mí se me cayó por el water del business class, yo el mío lo dejé en el coche oficial, o lo subasté para terminar de pagar la última letra del Porsche Cayenne».
Sinceramente les entiendo. Se quedan sin extra de Navidad y tienen que resolver los regalos de Papa Noel. Por eso es más fácil que les compremos los juguetes nosotros. El siguiente paso será sacar un anuncio; Revendo kit de diputado -incluye un iPhone 4S casi nuevo- por no poder llegar a fin de mes. Firmado: Un votado que todavía no ha sido botado.
¡Qué buena gente! y cómo demuestran que nuestra mayor industria es la charcutería solidaria. Si rebuscan en las habitaciones de sus hijos o sus sobrinos seguro que encuentran más de una tablet donada. Los nombres de los despistados habría que pincharlos en el tablón de anuncios del Congreso para ver cuántos diputados defectuosos tenemos y que alguien pague los arreglos. Para desviar la atención de tanto chorizo, el Gobierno anuncia que suprimirá un 66% de vehículos oficiales. ¡Vaya tijeretazo! Eso es lo mismo que prescindir de la aceituna del vermouth.