En lugar de llamarles ministerios, tendríamos que llamarles chiringuitos donde se practican cacicadas de guante blanco. El ministro de Justicia, Ruiz Gallardón, ha indultado a un conductor kamikaze condenado a 13 años por recorrer cinco kilómetros en dirección contraria y causar un accidente en el que falleció una persona. Un extraordinario ejemplo de cómo soltar pirañas en un acuario. Pero ¡qué curioso! el hijo del ministro trabaja en el bufete que defendió al kamikaze indultado, y ¡oh, sorpresa! el abogado defensor fue Esteban Astarloa, hermano de Ignacio Astarloa, diputado del PP. ¡Bah, absurdas coincidencias!
Ya vemos cómo se las gasta la casta de la gomina con indultos a lo ‘Carromero’. El ex dirigente de Nuevas Generaciones mata a dos personas en Cuba, le traen a España y se reincorpora ipso facto a su puesto, cobrando un sueldo de 50.500 euros como consejero, o más bien habría que decir como un buitre carroñero.
¿Asesorará sobre delincuencia o de cómo se conduce sin puntos en el carné? Con el curriculum de este Anacleto, agente secreto, sería más propio que le colocaran de chófer personal… de Rajoy. No le habrían venido nada mal unos añitos de trena para que empollara un poco de Código de Circulación. Aunque más acorde con su perfil profesional sería que montase una versión de Farruquito 2.0. Por favor, que reduzcan el número de políticos, a ver si es posible que quede alguno honrado.