El rey biónico se opera de nuevo. Será este domingo por una hernia discal. Con ese montón de curro que lleva a sus espaldas, y después de apretarse tanto el cinturón, cómo para no herniarse. Su alteza ciborg suma ya cinco intervenciones desde 2011, que no sé ni para qué tiene escoltas porque le disparan y las balas rebotan. Lleva tanta chatarra incorporada que es comprensible que la monarquía esté para el desguace.
Semejante desgaste solo puede ser causado por tanto sol, tanta vela, tanta Corinna, tantos elefantes y tanto vegasicilia… Será reparado por el mayor atornillador del reino, un gurú de las prótesis, los empalmes y los alargadores. Al hombre mecano, la última vez le dieron unas muletas que pitaban. ¿Qué le pondrán esta vez? ¿Una silla de ruedas 4×4? Perfecto, así ultima su operación Transformer.
Se opera en la Clínica La Milagrosa porque en España las listas de espera han mejorado muchísimo. Ya lo dijo Juan Carlos; todos somos iguales ante la ley y ante la sanidad. En lugar de pasar por el taller, como él suele llamarlo, ¡jé qué campechano!, será mejor que su majestad Robocop pase a los cuarteles de invierno y abdique. ¡Con lo cucas que son algunas residencias, y lo incómodo que debe ser La Zarzuela! Aunque a mí, el rey me recuerda al paciente del juego Operación. ¿Saben cuál? El del enfermo de la nariz roja. Con unas pinzas hay que mover los huesos del muñeco sin hacer contacto en los bordes porque si no, suena una alarma y pierdes al paciente.