La ministra Fátima Báñez y Soraya Saéz de Santamaría, –que cada vez que salen después de un Consejo de Ministros meten más miedo que las niñas de ‘El resplandor– han puesto la zanahoria de la jubilación un poco más lejos. En otro viernes negro para la colección, el Gobierno del PP ha decidido castigar las jubilaciones anticipadas y parciales con el objetivo de retrasar la edad de retiro. Que nadie se llame a engaño. En realidad, están fomentando el empleo juvenil, provocan que los mayores trabajen hasta que estén con un pie en la tumba y así, a los jóvenes, los emplean como enterradores.
Estimado Rajoy, después de meter la tijera a la sanidad, abaratar el despido, recortar en Educación, bajar el salario de los funcionarios y sus vacaciones, subir el IVA, aumentar el IRPF, incrementar el impuesto de las gasolinas, encarecer la luz, ahora metes mano a la jubilación… ¡Cuánta eficacia! Si alguien pensaba que gobernar era difícil, tomen su ejemplo. No hay más que aplicar la fórmula mágica. Vas a Bruselas y te ponen los deberes de matemáticas. Visitas Berlín y te dan las hojas de cálculo. Llegas aquí, haces fotocopias y las repartes entre los ciudadanos para que hagan las pruebas. Y así, cada viernes, examinas al personal a traición, sin dejarles que se repongan del ejercicio anterior.
Si querían tomarnos un poco más el pelo, podrían haber dicho que «exigirán un mínimo de 65 años cotizados para poder jubilarse anticipadamente con 63». Aunque parezca difícil de cumplir, en los ERES andaluces, algún socialista lo seguía al dedillo.