La Guardia Civil ha encontrado 82.000 euros en billetes bajo el colchón de una vivienda de Juan Lanza, el conseguidor de ayudas de los ERE falsos de Andalucía. No hay de qué extrañarse. El bueno de Juan ya presagiaba el eurocorralito chipriota y se dijo; si el barco se hunde, yo paso de flotar haciéndome el muerto. Así que vació sus cuentas y dejó todo en bancolchón, sin miedo a que pudiese llegar un amigo de lo ajeno y llevarse el colchón como recuerdo de que ya no se llevan los viscolatex sino los eurolatex.
Eso sí, no sospechó que se lo podía confiscar la Guardia Civil. Cuentan, que cuando la Benemérita registró su morada, el amigo exsindicalista explicó; Mireusté, que yo metí mil euros que me dejó mi padre bajo el colchón y a fuerza de calentarlo y empollarlo como las gallinas, pues ya ve. Los agentes entendieron el argumento a la perfección. No en vano era un salario en diferido, producto de un pago simulado.
Tanto criticar, tanto criticar, y Juan Lanza solo ha fomentado una alternativa de banca ética. Hay bancolchón, bancajitademaderaencimadelarmario y bancalcetín, porque a mí me cabe todo ahí. La culpa de todo la tienen los chipriotas. Qué se puede esperar de un país donde el responsable de su Banco Central se llama Panicos y su presidente responde al nombre de Anastasiadis, pues eso, que están todos anestesiados. Aunque, claro, aquí no estamos para mirar al vecino, si hay un nombre apropiado para llevar un banco, ese es Botín.