La marca Ejjjpaña se parece a los trajes de Camps. Se pasa el rato dando puntadas sin hilo y anda hilvanando y remendando el país sin terminar de confeccionarlo nunca. Igual que el Tribunal Supremo, que actuando como si tuviera la sede en Génova, esta semana ha absuelto a Francisco Camps del tema de los trajes, corroborando que no hay toga sin dos mangas, lo que hace una lo esconde siempre la otra. Una pena que Camps dejase la Generalitat. Aunque creo que ahora hay una vacante como tesorero del PP.
Con Camps absuelto, e Iñaki Urdangarin de mudanza a Catar, después de superar un arduo proceso de selección, se confirma que robar solo es delito cuando lo hacen los pobres. Total, estar imputado es como estar esperando el bus. Lo coges y te piras a un emirato a cobrar 800.000 euros cuando te dé la gana.
Dado que la ley y la justicia no siempre coinciden, tendremos que hacer un escrache en Pedralbes porque ya es hora de que el miedo cambie de bando. Eso, si no nos encontramos con un Sigfrid cualquiera –también se podría haber llamado Adolf– y nos sacude una ostia antes de arrancarnos la cabeza. El matón Soria, a la sazón dirigente canario del PP, echó mano a la lata de gasolina para incendiar aún más los ánimos de aquellos que se han quedado sin casa, sin trabajo, a los que les han robado la paga o les han bajado el sueldo. Vaya, lo que se dice el típico falangista de bien. Marca Ejjjpaña, el dulce olor de la dictadura.