¿Por qué le llaman una bajada de sueldo cuando quieren decir de pantalones? El FMI y la CE pide que en España se bajen los salarios un 10%. La misma madame, Lagarde, que pide que nos apretemos más el cinturón, se subió el sueldo –una insignificancia de 323.485 euros– en un 11%. Olli Rehn, el de Bruselas, –que cobra 23.000 euros más dietas al mes– tiene razón: Despedimos a uno que gane 1.200 euros, contratamos a tiempo parcial a dos, les pagamos 400 y reducimos el paro aumentando la esclavitud. En la misma línea está la patronal española que pide poder convertir contratos a tiempo completo en parcial. Perfecto. Y que los trabajadores lleven también grilletes en los pies y trabajen media jornada, es decir doce horas para solo cotizar tres.
¿A quién le importa? Es verano. Para evadirnos ya tenemos los festejos patronales y sus bárbaras costumbres. ¿Qué queremos en un país en el que una de las fiestas más celebradas consiste en que un montón de ceporros corran delante de una manada de toros bravos para ver si el toro engancha a alguno… o en el que un tío se muere por beber seis litros de cerveza en veinte minutos en un concurso mientras otros se dedican a romper sandías con la cabeza? Será que la Lagarta del FMI se ha enterado de cómo nos gusta seguir las andanzas de los ovarios reales y los partos de las celebrities. Entre el FMI, Bruselas y la CEOE nos dejan en modo supervivencia. Menos mal que todavía nos queda el embarazo de Sara Carbonero.