Volver a la autoescuela veinticinco años después no apetece nada. Y eso que la DGT está sopesando implantar una reválida para los conductores de más de 40 años para que reciclemos nuestros conocimientos. ¿Para cuándo un test anticorrupción a los políticos y empresarios de más de cuarenta años que, a la vista está, nos han llevado a este agujero negro? Ya les vale. Primero fueron las ITV, luego los triángulos, más tarde los chalecos, posteriormente las sillas de los niños… Además ¿no se diseñó para eso el carnet por puntos?
Argumentan desde Tráfico que los conductores más experimentados son los que tienen más accidentes. Pues será en el PP. Porque, desde luego, las aseguradoras no piensan igual. ¿Se ha enterado la directora general de Tráfico de los ratios de accidente por edades? Prueba a alquilar un coche con 25 años o menos y verás. En este caso, a la señora María Segui ya se le podía haber ocurrido que también pasen una prueba los agentes con treinta años de servicio, una tripa del copón, la vista cansada, los reflejos atrofiados y que superen ejercicios del mismo calado que los que certifican el ingreso de nuevos agentes.
No es que esté en contra de un buen reciclaje, me fastidia la discriminación por edad. A ver, pónganle un examen de acceso al Olentzero. Pues no pasaría ningún test de idoneidad sin una liposucción porque además ha dejado de ser carbonero para convertirse en dependiente de unos grandes almacenes.