Por favor, dejemos en paz ya a la Infanta. Que la cambien de la Caixa a la ONCE y todo arreglado. Total, está ciega… de amor… por el dinero. Además como dice el fiscal Horrach todo es una conspiración. Lo de tener el 50% de una sociedad que blanquea capitales es una conspiración. Firmar las cuentas anuales de esa sociedad es una conspiración. Que la Agencia Tributaria dé por buenas unas facturas que a cualquier mortal le llevarían a la cárcel solo para rebajar la cuantía del pufo y que no llegue a delito, es una conspiración. Por si no había quedado claro, la menina Cristina tiene un equipo de defensa propio y luego tiene otro por cuenta del Estado. Es el concepto justicia igual para todos.
Con su nueva pataleta, el señor fiscal ha sido seleccionado ya para los premios Superlacayo, a los que también opta, por supuesto, don Alb(o)rto Gallardón. Al ministro de Justicia no le gustaría ver a SAR haciendo el paseíllo. ¿Qué quiere? ¿Que la lleven a la sillita de la reina, o prefiere llamar al Vaticano y alquilar el papamóvil? Quizá, como es íntimo de Rouco Varela, haga una rogatoria al cardenal y vaya levitando. Ya puestos, si lo que quieren es evitar los setenta pasos que están dando tanto que hablar, que el juez vaya a tomarle declaración a su casa, cuando ella tenga un hueco en su agenda. O puede declarar por plasma al estilo marianín. Esperanza Aguirre se ha ofrecido para meterla por el garaje. Yo le dejaría hacer. Tiene amplia experiencia. Como escapista de Rajoy.