Aunque estemos en un lugar sin muchas luces, España es el segundo país de la UE donde más ha subido el precio de la electricidad para los hogares, un 46% entre 2008 y 2012, un incremento solo superado por Lituania, según la Comisión Europea. Tampoco es de extrañar en un sitio con tantos enchufados. Mientras tanto, el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, se descuelga diciendo que la factura eléctrica bajó un 3,1% para una familia media con dos hijos en 2013. El número dos del ministro Soria parece que dirige el Ministerio de la Felicidad Suprema. No hay nada como vivir a la luz de la luna… de Valencia. Debe ser que él trabaja en un sitio donde les van los cirios y no se entera. O también puede ser cosa del crecimiento negativo, o de que las familias se han quedado ciegas de tanto mirar sus recibos a la luz de las velas.
Aunque sí es cierta una evidencia. Ahora mucha gente paga menos a Iberdrola porque ya no puede poner la calefacción, ni el horno, ha tenido que vender la tele y procura alumbrarse con la luz de las farolas. Algunas familias recurren a la energía eólica para refrigerar los alimentos de la nevera. No es que tengan molinos de viento, es que para enfriar los yogures soplan. Y en los periódicos empiezan a proliferan extraños anuncios. El último dice así; Subasto todos los objetos de mi casa que funcionan con electricidad. Además de dinero, para la puja admito cerillas, carbón, abanicos y leña. Abstenerse iluminados.