En un visto y no visto, la Audiencia ha condenado a 22 años al falso cura que asaltó en octubre la casa de Bárcenas. Rápido, contundente y expeditivo. Igualito que Matas, Urdangarin, Blesa… A este paso, todavía sale Bárcenas antes que él. Juicio sumarísimo para un desequilibrado con disfraz y pistola roñada, sin antecedentes, que en un rocambolesco intento de secuestro intentaba conseguir los pendrives de Luis, el cabrón, … y 22 años a la trena. Pero ¿no habíamos quedado que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón?
Algún día alguien debería explicar qué criterios se siguen a la hora de dictar sentencias porque si el sacerdote de pega hubiera sido banquero, político corrupto, torero o gamberro… otro gallo cantaría. A Miguel Carcaño le cayeron 21 años y 3 meses por asesinar a Marta del Castillo y todavía no ha dicho donde está el cuerpo. A Ortega Cano por conducir ebrio y matar a una persona, dos años y medio. Aguirre… se va de rositas. Todos los de la camorra del PP están en la calle. Si te ponen 22 años por amagar, y 25 por matar… ¿Para qué vas a perder el tiempo en preavisos? Es increíble la prisa que se dan algunos cuando se meten con Uno de los nuestros. Porque la condena no puede ocultar cierto acojono para cortar por lo sano a ese tipo de gente y evitar que el populacho arremeta contra ellos. ¿Y a alguien le extraña que voten al juez Elpidio Silva el 25M?