Como les supongo hasta el gorro de Felipe VI, el Preparao, el hijo del campechano, el currante… Vamos una joya; iré con un chascarrillo. Hace diez años estuve acreditada como periodista en la boda. La del principito y Leti. Y ya entonces se contaba el chiste sobre que nos habían colado a la parejita con una oferta del súper. Sí, ese de que Con un paquete de galletas Príncipe y una bolsa de magdalenas Ortiz te regalan una coronita.
Aquellos días el tiempo parecía republicano y por eso las hermanas Clarisas tuvieron huevos para tapar diez veces de rosquillas el Bernabéu. Aquella semana, como ésta, también fue exagerada. 23.000 policías habían blindado Madrid bajo el trauma del 11M. Sobrevolaban la capital bombarderos F-18 y aviones AWACS de la OTAN vigilaban el espacio aéreo. La pareja real desfilaba en un Rolls Roy Phantom IV protegido por cristales blindados que, si no fuera porque Letizia parecía un fantasma, era como el Papamovil. Entre eso, y las miles de luces instaladas en los monumentos, el día del Orgullo Gay resultaba menos kitsch. Se pagaban hasta 6.000 euros por un balcón con vistas a la Almudena. Con razón porque a pie de calle solo se veían paraguas. Entonces la broma nos costó 21 millones de euros… espero que la proclamación nos salga más baratita. Como dice Twitter, Vamos a conocer dos reyes, tres papas y un solo presentador de Saber y Ganar. Larga vida, o no, a los Bribones.