¡Hala ya nos ha salido otro caraplasma! Pedro Sánchez se está recreando en una campaña televisiva cutre y hortera de imagen y propaganda. El otro día apareció en el programa de Calleja rapelando un aerogenerador de setenta metros y escalando el Peñón de Ifach. Algo así como si el lehendakari fuera al reality del ‘Conquis’ y diese tumbos por la Patagonia. De tanto querer parecer guay, el líder del PSOEha pasado de Pedro a Pedrito, de Pedrito a Periko y de Periko a Perikín, y todo en un perikete. Empezó con las bobadas hace unos meses cuando llamó a ‘Sálvame’ para convencer a Jorge Javier de que siguiera votando el PSOE, y rompió la línea entre la política basura y la televisión basura.
¿Por qué mientras el PP lucha sin cuartel contra la corrupción y cumple su programa electoral a rajatabla, el secretario general de los sociatas se entretiene compartiendo espacio con la tipa del valeeee? Cuestión de telecracia. Que permite que una analfabeta funcional como Belén Esteban hubiera quedado tercera fuerza política si se hubiese presentado a las elecciones. Dentro de poco veremos a Sánchez en el programa de Iker Jiménez buscando el voto de los del más allá. Para que haga bien el notas, le recomiendo ‘Mujeres, Hombres y Viceversa’ al mediodía, ‘Los Manolos’ tras la comida y ‘El impostor’ por la noche. Que me avisen, por favor, cuando salga desnudo en ‘Adán y Eva’. A ver si tiene todo tan decorativo como la cara.