Dicen que fue sonar ‘Paquito el chocolatero’ y Mariano se despendoló. Casi como Miquel Iceta en la apertura de campaña electoral bailando por Freddy Mercury. Lo de Mariano ocurrió ayer en la boda de Javier y Chema. Parece que allí no hubo disputas campales por la música, ni grescas con familiares de Valladolid. Sonó ‘Mi gran noche’ (Rafael) y todo arreglado. Al ritmo de ‘Explota explota meexpló’, los del PP olvidaron aquellos días en que enviaron al Senado a un tipo, Aquilino Polaino, para que rebatiera la ley del matrimonio gay. El psiquiatra sostuvo ante sus señorías que los homosexuales sufrían una patología y eran “hijos de padres alcohólicos y hostiles”.
Ahora, en Génova, dicen tener todo eso superado. Aunque para tenerlo tan asumido, es raro que el ministro de Interior, Fernández Díaz declare tajante; “firmé y volvería a firmar contra el matrimonio homosexual”. Para estar tan aceptado, es sospechoso que el día del Orgullo Gay la delegada del gobierno en Madrid autorizase una marcha contra él. Y, seguramente, por estar tan superado, no hace ni un año, un concejal popular alegó objeción de conciencia para no casar a dos hombres. Ayer, sin embargo, celebraron el bodorrio por todo lo alto. No les cuesta nada cambiar de chaqueta ni hacernos comulgar con ruedas de molino. También estuvieron en contra del divorcio y hoy en día están felizmente divorciados… a montones.