Rajoy ha picado otra vez. No supo escoger tesorero, ni contable, ni ministra de Sanidad, ni diputado por Segovia… y ahora resulta que tampoco secretaria en la Moncloa. Aparte del pequeño desliz de confesar tener la agenda muy libre, lidió bien con el marrón del boomerang lanzado por el programa El mati i la mare que el va a parir de Radio FlaixFac haciéndose pasar por Puigdemont. Aunque sin videoconferencia ni skype, demostró su fair play y que también puede hablar catalán en la intimidad.
El presidente estaba aburrido en el despacho y se lanzó en picado al teléfono dejando patente que tiene muchas horas para ocupar. El día menos pensado llama Bart Simpson, dice que es Pablo Iglesias –en su nuevo cargo de vicepresidente– y también cuela. La agencia de inteligencia española es como la TIA de Mortadelo y Filemón. ¿No tendría que haber un filtro que verificase las llamadas del presidente? Aunque también se la colaron a Vladimir Putin que estuvo discutiendo sobre los derechos de los homosexuales en Rusia con un Elton Jhon más falso que una moneda de tres euros.
De Rajoy no sólo se ríen en la emisora catalana, se carcajean también Bárcenas, Rodrigo Rato, Francisco Camps y hasta su hijo en la radio… y todos los que intentan pactar un gobierno al margen de su figura. Aunque a Mariano le ha dolido más esta broma que el guantazo que se llevó en campaña.