Arranca la operación salida. La renuncia de Irene Lozano y el portazo de Carme Chacón parecen el preludio de una gran espantada. Las dos quieren mucho a Pedro Sánchez pero se bajan un momentito a por tabaco. Susana Díez también le adora, pero le pone los cuernos con un ejercicio de onanismo y está en un tris de anunciar su candidatura para presidir el PSOE. Así, a pelo, sin primarias ni nada. Y es que cuando la pobreza de votos entra por la puerta, el amor sale por la ventana. Pasado mañana puede ser Zaida Cantera la que le diga agur ben hur. Parece que nadie quiere estar en un barco en el que entra agua por las bodegas.
Pero geyperman Pedro no es el capitán del Costa Concordia e intentará aguantar la marejada en cubierta haciendo la travesía en solitario. Lozano dice que se va para atender proyectos profesionales que requieren toda su atención. ¡Cuánta constancia! Ha necesitado solo seis meses para tirar la toalla. Teniendo en cuenta que ficharla fue un empeño personal del líder socialista, el dedazo exprés le deja muy mal parado.
Mientras tanto en el PP se frotan las manos y ya han contratado a José Luis Garci para que grabe el remake de Esta casa es una ruina. El poder de convocatoria del PSOE se parece hoy al de la orquesta del Titanic. Aviso para la cúpula socialista. Creo que Belén Esteban está libre. El último, o la última que apague la luz.