Andan Pablo Iglesias y los suyos predicando en el desierto y registrando proposiciones para que TVE suprima la emisión de misas de su programación. Supongo que se empieza queriendo quitar el oficio religioso del domingo en la 2 y luego se pide abolir la Semana Santa y suprimir la Navidad. Nunca he visto una misa en la tele (ni se me ocurriría) pero por qué no dejar alienarse a la gente con lo que mejor le parezca. Si por adoctrinamientos fuera, hay muchos, no solo el religioso. Vale.
Estamos en un país aconfensional, pero no vale ese argumento de que TVE, que es un ente que pagamos todos, ateos, agnósticos, judíos, o musulmanes…, esté discriminando otras creencias. A mí no me gusta el Real Madrid y por eso no puedo pedir que en todos los informativos se les deje de llenar la boca con los chismes de los jugadores blancos. No es que considere que la función de la televisión pública deba ser emitir ritos religiosos, pero es mucho más grave la manipulación informativa de la tele pública o la falta de pluralidad, y por eso no erradicamos los telediarios.
En medio de todo este debate, la misa de La 2 está cosechando datos históricos de audiencias. En definitiva está haciendo más por este culto el pastor de la coleta que toda la Conferencia Episcopal al completo. Es curioso que Iglesias, el rey de los sermones, nos salga con esta letanía. Casi prefiero la homilía de la tele.