Es el misterio del siglo. Váteres suizos atascados con billetes de 500 euros triturados. Eso es dinero negro, y lo demás, tonterías. La Fiscalía de Ginebra investiga cómo decenas de billetes morados, que suman hasta cien mil euros, han podido taponar los retretes de una sucursal bancaria y de varios restaurantes. Las versiones más castizas basan lo sucedido en un día que Luis Bárcenas andaba un poco suelto y se le dio por cagar fajos. Al final, va a ser cierto eso que dicen de que los ricos se limpian el culo con billetes de quinientos. Aunque la destrucción de billetes no sea delito en Suiza, ese nivelazo de papel higiénico solo está a la altura del PP.
Otras fuentes aseguran que como se han acabado las amnistías fiscales, hay quien se limpia el trasero con el sobrante de los bolsillos. La cara de los fontaneros que fueron a blanquear las cañerías debió ser un poema. El primer hallazgo fue en el banco suizo UBS y después, en varios restaurantes del centro de Ginebra. Todos los inodoros estaban obstruidos con billetes cortados en trocitos. Lo que viene a ser el retrato robot del apretón de un chorizo tipo que se limpia con papel moneda, que para algo es la versión pija de las toallitas húmedas. La Fiscalía investiga a dos mujeres españolas. A ver si las susodichas van a ser del clan de los Pujol, acostumbrados a usar misales, –en lugar de testaferros– para mover el dinero. Como además «no tenim ni cinc…»