A Santiago Abascal, que es un pupilo aventajado de Torrente (el del brazo tonto de la ley), le gustaría mandarnos en la campaña de las elecciones del 12-J banderas de España por Glovo. Una tontería. Como la última chorrada de Voz Vizcaya que ha sido confundir el Ayuntamiento de Bilbao con el Teatro Arriaga. En su cuenta de Twitter, esta formación, que aspira a entrar en las instituciones vascas, llegó a publicar un mensaje con una imagen del Ayuntamiento y con el hashtag #LoNuestroPrimero, #Bilbao, #Cultura, presentando la foto que lo acompaña como Teatro Arriaga.
En pocas horas, borraron la pifia, pero las redes sociales no tardaron en descojonarse. Respondieron con fotos como la del Taj Majal como “otra perspectiva del Teatro Arriaga”, o de San Mamés de noche “qué bonito estaba el teatro iluminado”. Otro usuario de Twitter etiquetó una imagen del Coliseo de Roma como el mencionado teatro; “¡Pues sí que ha cambiado el Arriaga con el covid!”, decía. Teniendo en cuenta que esta gente lo tiene todo centralizado en Madrid, nos podemos dar con un canto en los dientes por haber puesto el Ayuntamiento y no el Teatro romano de Mérida. De banderitas ya sabrán pero de edificios emblemáticos, ni puñetera idea.
Una metedura de pata solo comparable a la que tuvo Pablo Casado localizando Getxo en Gipuzkoa. ¡Anda que no ha pasado veces Casado por el Getxo guipuzcoano cuando iba camino de Harvard!