¿Y si la subida de la luz forma parte de un experimento sociológico para ver cuánto tenemos de gilipollas? Una especie de Show de Truman en el que nuestra vida es un reality emitido en directo para accionistas de todas las eléctricas, incapaces de aguantar la risa viendo cómo soportamos récords de precios. Agosto ha sido el mes más caro de la historia con un gobierno progresista, donde solo ellos progresan. Y hay una tal Ribera que se descuelga diciendo que “las empresas tienen escasa empatía social”. Me mondo y me parto. ¿Perdonaaaaa? Una ministra que pide empatía social es una tertuliana, no una ministra.
Lo único que se le ocurre al PSOE es apelar a las compañías para que se porten bien. Solo les queda rogar a la Virgen del Rocío, como hacía el PP. ¿Y nosotros? ¿Podemos pagar en empatía? KW contratados en hora punta x moneditas de empatía x días de facturación. Que hagan el cálculo.
Dice esta señora que «la empatía cotiza en Bolsa». Vuelve a equivocarse. Los beneficios cotizan más. Este rallye de precios sacude los bolsillos domésticos devorados por tanto KW, horas valle, potencia contratada, y demás tecnicismos. El camarada Garzón, en teoría el guardián de los consumidores, está missing y solo entra a Twitter para recomendar libros. Aún así, su Ministerio sobrevive. ¡Y qué me dicen de Irene Montero!, aquella que aseguró que solamente Podemos podía conseguir que bajase la factura. Menudo par de gargantas profundas. Tragan todo lo que haga falta.
que ocurre con el rincon del proteston?