Todo empezó con el racionamiento del aceite de girasol, siguió con la escasez de los cubitos de hielo y continuó pagando la sandía a precio de caviar. Y todo porque la cesta de la compra ha registrado su mayor subida en 34 años. Los supermercados han encarecido sus precios una media del 15%. Para más inri, dice la OCU que lo que más se ha disparado es el carro que forman las marcas blancas, supuestamente más baratas.
El aceite de girasol, con una subida del 118%, es lo más codiciado. Cambio garrafa de cinco litros por iPhone 14, dice mi estado de whatsapp. Los huevos también están por las nubes y parecen puestos por gallinas Wagyu. Le siguen las magdalenas y la margarina (75%) y suma y sigue.
Pues esperen… lo que está por venir porque el 1 de enero entra en vigor el impuesto a los plásticos a 0,45 por kilo y entonces seremos más ecopobres. Comeremos solo arroz blanco pero habremos reducido un 0,0000001% el plástico del planeta, mientras en China se descojonan. Igual que la ocurrencia de Yoli y de Garzón de hacer una compra básica por 30 euros.
Ni Chiquito de la Calzada lo mejoraría; «van a Carrefour una abogada y un economista vestidos de ministros y… no puedo, no puedo». Menos mal que luego está lo del menú degustación de DiverXo. Porque lo bueno de que Dabiz Muñoz haya subido el precio es que antes me estaba ahorrando 250 euros y ahora me voy a ahorrar 365.
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