El emérito se prepara para los Juegos Olímpicos

Parecía que, como había empezado la campaña de la renta, «el campechano» aprovechaba para regresar y poner al día sus cuentas. Porque el Borbón es un trabajador fijo discontinuo de libro. Craso error. A principios de la pasada semana se pasó por Londres para comer en un exclusivo club. Las islas Caimán los cría y el Oswald los junta. Luego se fue al fútbol. Más tarde se fue de regatas aunque se le vio poco por el barco. Llovía. ¡Cachis!

Yo esperaba verlo atado al palo mayor para que no saliera rodando por cubierta pero no, el bribón aguanta. Y amenaza con venir más a entrenar. Lo deben estar preparando para los Juegos Olímpicos. En el barco hace de lastre, que ya tiene perfeccionado el papel.

Después siguió tour en Gasteiz para visitar una clínica dental, qué tiene bemoles ir al dentista en un jet… y así suma y sigue hasta que, por fin, este martes se ha dado el piro.

Sin ingresos declarados, ¿quién paga las facturas del emérito: su tren de vida, los escoltas, los aviones privados, sus viajes, comidas…? Hay dos posibilidades: una, las paga el ex jefe del Estado con dinero negro, ya saben tarjetas black, comisiones ilegales, negocios con testaferros, o le pagamos la fiesta entre todos, como siempre.

Pero es imposible que pague impuestos aquí porque es un rey deslocalizado. Con genealogía gabacha, nació en Italia, vivió en Portugal, casó con griega, caza en Bostwana, guarda el dinero en Suiza, tiene a sus íntimos en Emiratos… ¡está como para tributar en el reino de acogida!

Ahora, como ya vive con él Froilán de Todos los Antros y Fiestón, tiene que traer mas bolsas con billetes para los ninis de la familia. O puede ser que guarde aquí muchos ahorros en cajas de zapatos y necesite venir de vez en cuando para vaciar la hucha