Patrocinado por cognac Soberano, y con un Farias en la mano, Abascal se dedica a alternar con la ‘alta suciedad’, pasando de Milei a Netanyahu. Antes, sus más mejores amigos eran un italiano calvo y un cateto gordito con voz aflautada, y actualmente son un loco con motosierra y un criminal de guerra señalado por la Corte Penal Internacional.
Él es la estrella principal de Fascistas Tour 2024 plagado de racistas, retrógrados y meapilas. Una gira titulada Los tiranos se abrazan como hermanos. O Adolfo los cría y ellos se juntan. Después de traerse a Madrid a toda la banda ultrafascista europea, Abascal se fue a tomar mate con Milei y practicar hebreo con Netanyahu. Ya pronto le toca ronda de consultas con Kim Jong-un, Putin y,si hay tiempo, Bashar al-Assad. También le gustaría compartir una burger con Trump, pero no creo que en la cárcel sean gourmet.
Ahora resulta que el líder de Vox, con el 12% del voto, el último pelagatos de la Cámara, va a salvar los trastos de la diplomacia, se erige en representante de no sé quién, y muestra vasallaje al presidente de Israel. Pero ser un vendepatrias de pulserita no es una labor diplomática. Es una labor patética. Queda por saber si Santi, que ni siquiera hizo la mili, ha ido en avión o ha cruzado el Mediterráneo a nado. ¡Él, que es tan valiente! Por lo menos no se llevó de lastre a Tamames. Abas, te podías haber quedado allí. Lo más cerquita posible de Gaza.