Anda por ahí un sector de ultraofendidos por un anuncio de Nocilla. Y todo porque la marca de “Leche, cacao, avellanas y azúcar…” ha decidido introducir (no sé si es el verbo más correcto) un juguete sexual dentro de su última campaña, en la que un señor mayor aparece colocándose un Satisfyer en la frente para tomarse la temperatura, confundiéndolo con un termómetro.
¡Que no le den Nocilla al hombre, que bastante cacao tiene ya el pobre! Así que el consolador de su nieta adolescente ha desatado a las fieras y sus mentes calenturientas ven en el spot al diablo reencarnado.
Igual que no hacía falta una señorita con las tetas al aire para un desodorante con el frescor de los limones del caribe, pues igual tampoco esto es lo más procedente, pero como reclamo comercial, funciona. Ya se sabe que el sexo y el chocolate liberan endorfinas.
Pero dado que algunos ven un plan para degenerar la sociedad, Abogados Cristianos estudian una querella por la sexualización de la infancia. Tienen la piel muy fina estos señoros que van de machos alfas y se asustan por un anuncio, pero no dicen nada de que sea un producto ultraprocesado con un chute de azúcar refinado, kilos de grasa y tropecientas mil kilocalorías. Que la crema de cacao de toda la vida se convertiese para los fachas en una merienda bilduetarra no lo vi venir.
¿Qué será lo próximo? ¿Que resuciten el Tulicrem?