La encuesta acaba de confirmar lo que ya aprendimos con «Ocho apellidos vascos». Porque según los jóvenes, el índice de infidelidad en Euskadi es el más bajo de España, con solo un 14,3% de la chavalería que afirma haber sido infiel frente al 21% largo de los del sur. De nuevo, otra vez el mito del sexo andaluz vs. sexo vasco. Ya se sabe, mucho lirili y poco lerele. Una cosa no se les puede negar; los vascos son desde luego los más sinceros de España. Son los únicos que han entendido que eso de ser infiel no se refiere a tomar un zurito en un bar fuera de la ruta de la cuadrilla. En el extremo opuesto, se encuentra Nafarroa, en donde el 34% reconoce haber engañado a sus parejas. O sea que son de los que se comen una y cuentan cien.
Si miramos el resto de dígitos del estudio de la marca de preservativos Control, los chavalotes del norte confiesan que mantienen una media de 74 relaciones sexuales al año. Un gran mérito porque como es sabido, por la peli, “dormir con una vasca es como tirarte tres veces a una de Málaga”. En el infierno sexual de Mordor se repiten esquemas como que el sexo oral es la práctica más común y la fantasía más deseada es el trío, elegida por tres de cada diez. A la encuesta le sobran tópicos y le faltan datos. Por ejemplo el de que casi todos los ciudadanos somos diariamente infieles porque estamos acostumbrados a que ladrones y corruptos nos hagan algún griego.