Este año los jueces han tenido más operaciones que Osakidetza. Operación enredadera, operación púnica, operación madeja… Ha sido un año duro, un año en el que descubrimos que vivíamos en «Ladrolandia» y en el que poner los informativos era como ver una peli de dos rombos. Después de tanta trama, tanta corruptela y tanto ratero de guante blanco, yo lo tengo más que claro, no son casta, son chusma. Sobre todo cuando crees que han recibido el finiquito politico y lo que reciben son más prebendas.
Ana Mato acaba de ser recompensada con una vicepresidencia que supone un plus de 1.000 euros al mes, a lo que añadirá su RGI como diputada y su sueldo será de 4.730,91 euros. «Así, así gana el Madrid». Para que luego digan que el gobierno no da ayudas sociales y no se preocupa por las mujeres separadas y por recolocarlas para pagar el seguro del Jaguar fantasma. Me encantaría ser una borderline con sueldazo.
No enterarse de nada es muy lucrativo. Como la infanta y su clamorosa equivocación ingresando en otra cuenta el dinero que le reclamaba la Fiscalía. Menos mal que cuenta con Horrach. Con unos abogados que se equivocan al transferir 600.000 euros, el estado de indefensión es patente. ¡Puaf! Se han destapado paraísos fiscales, tarjetas black, gastos de lujo a granel, algunos sienten ya el aliento de los jueces en la nuca, pero «lo que Ruz o Castro quitan, Rajoy lo pone». Aguanta Mariano, hacemos lo que Podemos.