Un menda de camisa blanca, pantalón beis de pinzas, ropita de marca y estilo Carromero ha sido noticia esta semana por dar una patada a una chica y hacerle un placaje de espaldas, derribarla y tirarla al suelo. Una agresión injustificada, caprichosa, premeditada y exhibida, cómo no, en internet. En el caso de los que lanzaron una tarta al rostro de Barcina, la condena fue de dos años de cárcel…
Sin embargo, ante una agresión gratuita de este tipo, el señorito de Talavera con perfil de cachorro genovés declara y se va a la calle. Y eso que hablamos de un delincuente que actúa por diversión, haciendo daño a los demás, un cobarde que se atreve solo si pilla a gente desprevenida y de noche, y un borracho que encima va provocando las risas de personas tan desequilibradas como él mismo. Le acusan de una falta y de vejaciones pero el agresor necesita un escarmiento muy serio y sus panegiristas y defensores, unos añitos de reeducación. Hay que ser cenutrio para hacer eso, grabarlo mirando a la cámara, y para rematar la deficiencia intelectual del sujeto, copiar esa moda de hacer el memo más absoluto para que otro memo lo grabe y lo cuelgue en Youtube.
Escalofriante. Igualito que la multa de 50 euros que le ha caído a un club de fútbol regional donde se llamó guarra y zorra a una árbitro auxiliar. Siglo XXI, año 2015, y aún quedan un montón de homosapiens por bajar del árbol.