Era solo cuestión de tiempo que Franco, con exhumación o sin ella, fuera protagonista de los Carnavales que, por cierto, prohibió durante su dictadura. El cartel del Carnaval del distrito barcelonés de Nou Barris muestra al dictador disfrazado de vedette, con un tocado de plumas rosas y con la cara, los labios y los ojos pintados. Anda que si lo desentierran y estaba con esa mortaja, no me extraña que el prior no quiera levantar la lápida. Quién iba a decir que formaba parte del colectivo LGTBI. ¡Qué guapa La Paca! Como en la canción; Solo puedo y debo decirrrrr. Gracias por venirrrrr.
Para los que lo consideren una falta de respeto, comentar que en un país en el que sigue habiendo asociaciones fascistas, se enaltece su figura, se canta el Cara al sol y se levanta el brazo en el Valle de los Caídos, normal que aparezca travestido en un affiche. Me parece que este disfraz de bailarina de samba resulta, incluso, demasiado artístico para un genocida. Otros creen que el cartel solo significa que el tripartito PP/ Ciudadanos/ Vox se ha lanzado ya a la campaña y saldrá con este material a la calle a buscar votos. Que no cunda el pánico, que cuando lleguen los de Santiago Abascal, les faltará tiempo para reponer la ley de vagos y maleantes, y seguro que le quitan de un plumazo a Sandra Carcasona las ganas de pintar estas irreverencias. ¿Y Franco, qué opina de ésto? ¡Ah leche, que dice usted que Franco ha muerto”. No, no estaba muerto, estaba de parranda.