¡Cachis! Al final, nada de nada. La suspensión del cambio de hora se acaba de dejar en el aire hasta 2021. El comité de trece sabios elegidos por Pedro Sánchez para decidir si dejamos de adelantar el reloj cuando llegue el verano y de retrasarlo en invierno, no se ha puesto de acuerdo. Seguro que han cobrado espléndidamente pero siguen dando largas. Como nos quedemos en el horario de invierno, emigro. Eso de que a las seis de la tarde sea de noche, no hay quien lo aguante. Parece absurdo que se funcione más horas sin luz solar que con ella. Pero tampoco caigamos en el topicazo de que por elegir el horario de verano, automáticamente vamos a vivir en esa estación todo el año, porque lo cierto es que va a ser de noche hasta bien entrada la mañana.
Eso de que haya que adaptar las costumbres a las manecillas del reloj es una chorrada. Como lo son los homeópatas del huso, esos que te dicen que cambiando el huso horario te va a mejorar la vida. Otra bobada como la del síndrome posvacacional. Por si lo habían olvidado, el próximo domingo, a las dos serán las tres. Y van a cansarse de oír; nos han quitado una hora de sueño. Por lo menos quedan otros cuatro cambios, así que tómenselo con calma. Con el dilema sin resolver y como nunca amanece a gusto de todos, la solución parece sencilla; preguntamos a las eléctricas del país que piensan ellas qué es lo mejor y hacemos justo lo contrario.