¿Está el humor? Que se ponga… El pasado domingo tuve a bien escribir una columna en DEIA tomándome a choteo la presentación de carteras de Bildu, su consejería de Soberanía Alimentaria y cosas por el estilo. Yo creía que Vaya Semanita había levantado la veda con sus gags y sus parodias sobre la izquierda abertzale y el país se estaba ¿normalizando? Si la Casa Real ha sido el hazmerreír público, no veo por qué la política (por muy radical y patriótica que se considere) debe estar blindada de la ironía y del cachondeo. Pues el chorreo fue importante: insultos, descalificaciones personales…
Algún alma caritativa de DEIA tuvo a bien borrar la mayoría de los comentarios injuriosos, que yo, desde luego, no habría censurado pues solo describen a quienes los formulan. Los trolls crecen y se reproducen y canalizan su agresividad como pueden. Por eso, ni corta ni perezosa, colgué el mismo post en el blog y el torrente de improperios no se hizo esperar con acusaciones más ofensivas, hirientes y malsonantes.
De verdad, agradezco a ekuus20, aimaz, vag, eurrera, ganeko, pibpib, ziridenda, ff, … y tantos otros con tan reconocibles nombres que, amparados en el anonimato, me pongan a caldo perejil. Escupir mierda por la boca es un deporte de muy bajo riesgo cuando no das la cara. Me ayuda a entender su concepto de la libertad de expresión, sobre todo desde el día en el que una herriko taberna me echó a la calle por preguntar para un reportaje sobre el cese de la actividad armada de ETA.