Macroturismo de ‘happy hour’

Manifestación en Canarias contra el turismo masivo.

Miles de turistas se apretujan frente al Guggenheim, colapsan Gaztelugatxe, saturan la Sagrada Familia, y se pisan el callo en Benidorm. No hay telediario que no enseñe playas llenas en cada puente festivo. Con tanto desmadre, y turismo masivo, algunos se hartan.

«Queremos ser anfitriones, no esclavos», proclama Canarias. Baleares se levanta en armas. También Sevilla aspiraba a cobrar por acceder a la Plaza de España para controlar los estragos de la peña. Aunque de momento ha sido un globo sonda. Todos quieren turismo de calidad. No macroturismo de happy hour.

Ya está demostrado que la vieja fórmula franquista de sol y playa, el negociete del chiringuito, el apartamento de alquiler y la tienda de souvenirs, se ha quedado viejuna. Es demencial que se retuerza tanto que acabe expulsando a los residentes en beneficio de los visitantes.

Por eso hay que dar una pensadita al asunto. ¡Cómo no han caído en la cuenta! El turismo ha de volver a ser lo que fue, una cosa de ricos. Sería ideal que vacacionaran solo Elon Musk, Jeff Bezos, o Taylor Swift. Ahora falta que se les ocurra que todos los aviones tengan una única clase; primera. Que todos los hoteles sean de cinco estrellas y que los únicos vehículos autorizados en los destinos fetén sean Ferrari o Lamborghini.

Y con la que está cayendo, con muchas ciudades a punto de morir de éxito, en Euskadi se resisten a implantar una tasa turística, ecotasa o llámelo X.

Adolescentes de otro planeta

«Voy a pasar un rato haciendo scroll viendo vídeos random”, dice mi sobrina. ¡A ver, que levante la mano quien no tenga que mirar en Google para entender las expresiones de los adolescentes actuales! ¡Qué va bro! Pues bien, da lo mismo que consultes internet porque para cuando los baby boomers entendamos algunos vocablos de la generación Z, ya los han cambiado.

Ellos son como de otra civilización, de otra especie. De hecho, tienen un dominio superior de la tecnología y se comunican en otro idioma. Porque la jerga que utilizan es de otro planeta. Y hablan muy raro. Para entenderse hay que decir boom a menudo. A todo le colocan el puto delante. «Me p. flipa, me p. encanta».

¿Te gusta mi vestido? Ni tan mal, me contesta. Que no sé si ha dicho una cosa, o la contraria. Ella ya no liga, hace match. No cotillea el instagram, lo stalkea. Todo es de locos. Y empieza cualquier relato “en plan mítico, o épico”, aunque sea la mayor bobada. Definitivamente estoy convencida de que ha regatoneado el castellano. Si le criticas algo, haces el troll.

Y por supuesto las cosas no le gustan, le rentan. Su capacidad de atención es cero patatero. He conocido bancos del parque que me hacen más caso. Como sus coetáneos, antes que llamar por teléfono prefiere hacer señales de humo con el whatsapp. Y dicen las estadísticas que la chavalería usa el móvil unas cinco horas al día. ¿Haciendo qué? Si no contestan nunca.

Sánchez decreta el estado de alerta… sentimental

Señorita, señorita; Santi me ha pegado y Albertito no me ajunta. Y encima le tiran del pelo a mi amiga Bego. La rabieta que cogió Pedro Sánchez hace unos días obligó a decretar el Estado de Alerta Sentimental y confinó a la población, sumida en el desconcierto.

El líder socialista era un hombre profundamente enamorado de su mujer que cancelaba su agenda para reflexionar. Así que para el año que viene, entre el 25 de abril y el 29, el Gobierno decretará unos días festivos, se llamará el puente del amor... que se unirá al día del Trabajo.

Aquella carta a la ciudadanía era un bolero en toda regla. Solo le faltaba citar a los Panchos; Si tú me dices ven, lo dejo todo… Un romántico, ya que luego escribió otra epístola a la militancia. Con rosas rojas, además. ¡Pura telenovela!

Pedro Sánchez siempre sorprende. El presi es ese amigo que ve cómo la fiesta va decayendo y, de repente, aparece con unos chupitos de Jägermeister. Por eso se pilló unos días de moscosos para luego decir –¡oh sorpresa!– que se quedaba.

Y, de nuevo, a Don Pedro I de España y V de Alemania saliéndole todo redondo. Porque más que una flor en el culo, tiene el invernadero entero. ¡Pobre Feijóo, viendo otra vez que no es presidente porque no quiere! Él, que acababa de planchar la banda presidencial, y la tuvo que volver a guardar. Última Hora: Pedro Sánchez anuncia un proyecto de ley para incluir al Perroxanxe como raza de perro peligrosa.

Santa Viagra… ora pro nobis

Se acaba de conocer que en febrero se han entervenido en el aeropuerto de Bilbao 2.703 pastillas de Viagra. No al mismo, ¡eh! Más bien a cuatro pasajeros sin relación entre ellos. Mucho cargamento parece para luego suscribir aquello de que «en Euskadi no se f…». Pero el medicamento está haciendo furor y, a punto está, de agotarse el stock. Porque la Guardia civil arrestó la semana pasada al párroco de la localidad pacense de Don Benito que, junto a su novio, traficaba con Viagra. Santa Viagra… ora pro nobis.

Ni al más histriónico Santiago Segura o al irreverente Pedro Almodóvar se les hubiera ocurrido una peli con más morbo. Un cura, don Alfonso, vendiendo, con su chico, potentes sustancias afrodisiacas para enderezar a los feligreses y elevar su espíritu.

«Operación botafumeiro» la han bautizado. Solo el nombrecito ya trae cola. También podía haberse llamado «Operación Arriba el periscopio», por poner un ejemplo. El obispado de Plasencia estará exultante de gozo, sí, señor; el clero entrando de lleno en el siglo XXI. Un sacerdote del mundo terrenal, con amante, un tipo muy alegre (dicen) y camello. Los dos, jefes del clan de la viagra de Don Benito. Se necesita gente así para divulgar la nueva fe.

El alijo en la casa parroquial incluía 3.370 euros y 2.100 gramos de mefedrona, una droga más conocida como mefe o miau miau, muy popular en ambientes gays, similar a las anfetaminas, que produce un fuerte efecto estimulante. Fácilmente podría haberse vendido con el nombre del éxtasis de Santa Teresa. La pareja presuntamente comercializaba el estupefaciente a través de una aplicación de citas. Por eso a nadie le extrañaba que la clientela fuera cada vez más abultada. 

El amor mueve montañas… de dinero

Un donjuan de pacotilla y apellido albanokosovar me contactó un día por internet. «Soy un almirante de Macedonia del Norte bien parecido, si quieres enamorarte, envía 6.000 euros para iniciar relación a distancia».

También lo intentó un agente secreto. «Hola. Mi nombre es Bond. James Bond. ¿Me prestas 10.000€ para reparar el Aston Martin?» Esquivé el cebo.

Amelia y Ángeles quisieron creer que merecían ser amadas. “Me asombró la increíble belleza con la que Dios te creó”, llegó a decirle a una el pavo yanki, desprendiendo toneladas de naftalina rancia.

Hubo una granadina que se creyó a un Brad Pitt de mentira y fue estafada con 170.000 euros. Pensó que mantenía una relación cibernética con el ex de Angelina y que él le pedía dinero. ¡Quién iba a pensar que era un fraude aunque el asunto atufase a kilómetros!

Se insiste en proteger a los niños de los riesgos de las redes sociales, pero son los/las mayores los más vulnerables. El amor mueve montañas… de dinero. Hay que ser muy naif para caer en estos engaños románticos. En el caso de Morata de Tajuña, la ignorancia y la soledad han demostrado ser una pésima combinación. No deja de ser la versión virtual del viejo timo de la estampita, en el que, junto al ánimo delictivo del estafador, concurre la avaricia del engañado.

P.D. También me escribió el príncipe de Zamunda, pidiéndome matrimonio, pero le di puerta por el rey de Kaialasa.