¿Hostias al diccionario para hacer la revolución?

Que yo recuerde desde que aparecieron los primeros sms, las férreas reglas de la Lingüística se fueron al carajo/caraja. A la gente le dejó de importar aquello de la b y la v, si aparecían palabras o palabros con la h o sin ella, los acentos pasaron a mejor vida y las j y la g se exiliaron. Ahora, si las pretensiones de algunas jóvenas portavozas que se ponen el mundo por montera o montero, llegan a buen puerto o puerta, tampoco importará que se desbarre todavía más con la lengua ¿o será lenguo?, que se sea iletrado o iletrada, o un ignorante/ignoranta de tomo y loma. ¡Menos mal que para el término imbécil no hay sexismo que valga!

Pues bien, camaradas y camarados, bienvenidos y bienvenidas todos y todas al caos lingüístico total, militantes y militantas, profesionales y profesionalas, votantes y votantas, vascos y vascas. Si desde este momento se puede hablar como se quiera, dinamitar los conceptos gramaticales y pegar hostias al diccionario para parecer que se hace la revolución, a mí no me miren si se monta un pollo o una polla. Sepan que los problemas y problemos de la igualdad tienen soluciones y solucionas que no pasan por ver quién tiene el miembro o la miembra más grande. No sé si todo esto/esta me da más pena o pene. Quisiera acabar dando ánimos y ánimas para ver cómo se arregla este desaguisado/desaguisada. Suerte y al toro… o a la vaca. Ustedes mismos/mismas.

Becarios a los 50

En pleno debate sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, la patronal acaba de plantear un contrato de formación para los parados mayores de 45 años. Propone becarios a los 50 y más precarización laboral para cualquier franja de edad, modernizando la esclavitud. Eso sí, con paridad absoluta, mano de obra más barata de todos y todas. Les propongo un titular para la propuesta; Se busca experiencia, a cambio de menos sueldo. Pero ¿de qué les van a dar cursos? ¿De corte y confección con un power point de chichinabo?

A los de la CEOE se le llena la boca con tres palabras; empleabilidad, competitividad y flexibilidad. Por si no saben ustedes de lo que hablan, se las traduzco. Vienen a ser lo mismo que explotación, sueldos de miseria y contratos basura. Cuando el documento del señor Rosell y sus secuaces llegue a la mesa de Fátima Báñez, que es una ministra de varias cosas, que tiene por costumbre invocar a la Virgen del Rocío, aprobará un decreto titulado Se buscan aprendices con experiencia. Y como la señora Báñez también es una experta en el arte de dar una patada en el culo al estado de bienestar, igual se saca de la manga que la gente cualificada debe cobrar menos. Si se atreve a decir que los pensionistas no han perdido poder adquisitivo, es capaz de pretender que los trabajadores paguemos a los empresarios para que nos contraten. Y a ellos ¿quién los recicla?

El día en el que Bárcenas andaba un poco ‘suelto’

Es el misterio del siglo. Váteres suizos atascados con billetes de 500 euros triturados. Eso es dinero negro, y lo demás, tonterías. La Fiscalía de Ginebra investiga cómo decenas de billetes morados, que suman hasta cien mil euros, han podido taponar los retretes de una sucursal bancaria y de varios restaurantes. Las versiones más castizas basan lo sucedido en un día que Luis Bárcenas andaba un poco suelto y se le dio por cagar fajos. Al final, va a ser cierto eso que dicen de que los ricos se limpian el culo con billetes de quinientos. Aunque la destrucción de billetes no sea delito en Suiza, ese nivelazo de papel higiénico solo está a la altura del PP.

Otras fuentes aseguran que como se han acabado las amnistías fiscales, hay quien se limpia el trasero con el sobrante de los bolsillos. La cara de los fontaneros que fueron a blanquear las cañerías debió ser un poema. El primer hallazgo fue en el banco suizo UBS y después, en varios restaurantes del centro de Ginebra. Todos los inodoros estaban obstruidos con billetes cortados en trocitos. Lo que viene a ser el retrato robot del apretón de un chorizo tipo que se limpia con papel moneda, que para algo es la versión pija de las toallitas húmedas. La Fiscalía investiga a dos mujeres españolas. A ver si las susodichas van a ser del clan de los Pujol, acostumbrados a usar misales, –en lugar de testaferros– para mover el dinero. Como además «no tenim ni cinc…»

Macron, marchando una de ‘chapa y pintura’

 

Macron se ha convertido en el nuevo Rey Sol. En sus primeros cien días de gobierno, su maquillaje ha costado al contribuyente francés 26.000 euros. Excusez-moi? Sí, ese es el gasto en una esteticista cuyos servicios fueron requeridos por el Elíseo desde su llegada a palacio. ¡No sé de qué se extrañan! Porque eso se lo funde Mariano en dos tintes de pelo. Con el agravante de que en España, el presidente necesita otra inversión. La careta que usa para salir en el plasma. Por lo demás, Rajoy prefiere maquillar… las cuentas.

Pero digo yo que para emplastar, corregir ojeras y quitar brillos a mesié le presidént no hay que ser Leonardo Da Vinci. Ni la señora Cecilia, que dejó pintado como una puerta al Ecce Homo de Borja. La chapa y pintura de Emmanuel no es nada si la comparamos con lo que salía la pelu de el socialista Hollande. Este tipo, semicalvo, se gastó durante cinco años de mandado, 99.000 euros anuales en el sueldo de su barbero personal. ¿Cómo se puede ser primer ministro y no saber peinarse? Con lo que le quedaba de melena bastaría un peine sin dientes. Sin embargo, recortar el cabello de un presidente es una bagatela. Lo verdaderamente valioso es que luzca una impecable coloración. Ser un peliteñido es el error de la metrosexualidad tardía. No hay más que mirar a Trump con su tupé naranja y su bronceado imposible. ¡Y luego dicen que la república es barata!

¡Y un huevo!

Que comemos mierda a diario no es noticia. Porque nos llenan el buche de aceite de palma, nos meten más glutamatos y aditivos que a un pavo relleno y a todo el mundo le importa un huevo. Pero ahora nos han tocado los h…. Y eso son palabras mayores. Si cuando usted moje la yema nota un ligero tufillo a Fipronil, échele h… Es solo que viene aromatizado con insecticida. Si antes dice Sanidad que aquí no había entrado producto contaminado –esos del Ministerio tienen más h… que el caballo de Espartero– antes pillan veinte toneladas tóxicas en Bizkaia. Y ahora no hay h… y dicen que no.

¡Huevones! Como cuando nos vendían de forma ambulante el aceite de colza, o cuando no podíamos comer chuletón porque podíamos contraer una enfermedad neurodegenerativa que era más difícil de pronunciar que el nombre de un mueble de Ikea, Creutzfeldt-Jakob. También estábamos hasta los h… cuando aparecieron aquellos pepinos con e-coli. Y andábamos en la carnicería pisando h… con aquel fraude en que la carne de caballo sustituía a la de ternera. Que se parecía como un h… a una castaña. A la hora de comer hay que echarle h… porque siempre encuentran algo tóxico. Yo, que sigo sin poner el h… creo que acabo de encontrar el h… de Colón. Por si sigue esta crisis, y viene luego la de los pollos y más tarde la de las gallinas, he hecho acopio de ginebra. Perdonen tanta h, pero me lo han puesto a huevo.