Dos tontos muy tontos

Froilán, en una de sus fiestas

Se nos van los mejores. La fuga de cerebros sigue desangrando España y Froilán se irá a vivir (temporalmente) a Abu Dabi junto a su abuelo, Juan Carlos I. Otro joven talento que se ve obligado a emigrar, porque aquí no le dan una oportunidad. El chasco que se va a llevar el pobre niñato cuando vea un camello de verdad.

Dicen que el objetivo de su madre es alejarlo de las últimas polémicas y del foco público. Pero para eso, digo yo, que antes debe dejar de ser un macarra sin oficio ni beneficio. Porque el nieto tiene madera de emérito. Como el yayo lo pula, lo convierte en un figura.

Cuando los hijos se desmadran, los padres normales les mandan, como mucho, a su cuarto. Pero esto es como ir de Erasmus a un colegio de lujo a estudiar primero de campechanía y segundo de fraude fiscal. ¡Cuánto va a aprender llevándole los negocios a Juancar!

Y eso que el máster en Asuntos Raros ya se lo ha sacado. El último tuvo que ver con una reyerta con navajas a la salida de una discoteca. Este verano en Marbella también fue testigo de un tiroteo en un garito mientras celebraba su cumpleaños. Ya debutó a lo grande cuando era un crío con aquel tiro en el pie. A ver quién dispara primero. «Duelo en Abudabi Korral». Porque este chaval tiene pinta de tener menos luces que un barco pirata. A ver si no vuelve. Nieto de inmigrantes y siempre metido en trifulcas. Espero que Vox pida su deportación y pérdida de nacionalidad.

‘The Crown’ versión española

Se ha quedado con 65 milloncejos y todavía saca un podcast de ocho capítulos, y se marca un Rociíto, justo coincidiendo con la vista que se celebra en Londres contra Juan Carlos I. La credibilidad de una cortesana de lujo, llámese Corinna Larsen o la Bella Otero, está entre cero y nada, así que da igual que saque un podcast, o un canal en streeming. Pero un monarca, con una entrepierna tan floja, que hace llamadas bajo el apodo de señor Sumer, da para otro The Crown (versión española) de Netflix.

Cada uno es muy libre de acostarse con quien quiera, siempre y cuando costee de su bolsillo los devaneos. Pero le hemos pagado el picadero, con reforma y mantenimiento del nidito de amor incluido, los viajes, los hoteles de lujo… Manteníamos a dos parejas reales y allegados, suma además queridas y vedettes reales, tarados palaciegos, y toda la banda de fiesteros que revoloteaban alrededor. Pero no pasa nada, ¡paga el pueblo!

Aunque todavía es mucho más grave usar a los servicios secretos de un país, el CNI mismamente, para lavar los trapos sucios del emérito, acosando a la examiga entrañable. “Si no obedeces estas instrucciones, podrías morir en un túnel como la Princesa Diana”, revela ella, en una sinopsis perfecta que da para otra serie de la mafia. No pasa nada. Hay una manada de genuflexos justificando las correrías del macho man Borbon y llamando de todo a la bien pagá, que también tiene lo suyo.

A la querida vecina ruidosa

El mito de la falta de actividad sexual en Euskadi ha quedado definitivamente desterrado con la nota en el ascensor de Elgoibar a la vecina ruidosa que gime demasiado alto. Estos carteles que cuelgan los ‘coleguis’ de portal dan para un género literario. Y los ruidos sexuales son los grandes protagonistas porque si hay algo que molesta especialmente es ese servicio de despertador no contratado, en modo gente escandalosa, en plena forma amatoria.

La nota del edificio guipuzcoano que se ha hecho viral es para enmarcar. “Es época de berrea pero seguro que hay ciervos que berrean menos que tú”. Es como aquel chiste de Eugenio, Oye, ¿tu mujer grita al hacer el amor?… Joder si grita, la oigo desde el bar.

La falta de invitación a una cama ajena tan divertida ha levantado muchas suspicacias. Pero es genial que los vecinos hayan resucitado el genero epistolar para comunicar quejas de picaderos. Sobre todo cuando se hace con tanta sorna, conminando a la agraciada sexual a compartir la información de tanta felicidad. “Si tu satisfacción es gracias a algún aparato eléctrico, te estaríamos agradecidos si escribes el nombre y modelo en la línea de puntos”, le dicen.

Otros atribuyen la notita al amargado o amargada de turno reconcomido por la envidia. Y muy fastidiado porque para comerse un rosco deben alinearse los nueve planetas del sistema solar, y el complementario de la Primitiva tiene que caer en 6.

Adivina, adivinanza… es un asador, pero no un restaurante

Escribo estas líneas mientras me cuezo a fuego lento en la redacción por culpa de un ‘veroño’ tórrido, y restricciones energéticas que nos han birlado el aire acondicionado. Puede que alguno de ustedes piense que me vendrá bien porque me faltaba un hervor. Pero es que desde hace cinco meses, Euskadi parece un grill donde nos han puesto a gratinar.

¡Qué tiempos aquellos donde solo éramos Mordor!, donde Bilbao tenía cuatro estaciones; otoño, invierno, Abando y San Mamés. Mientras parezco una palomita en una sartén, (la mantequilla la llevo de serie), he descubierto que se puede echar de menos los días de sirimiri y chamarra. Euskadi ha vivido el verano más caluroso de la historia. Y ha habido días que Igorre parecía Pompeya en el año 79 d.C.

No ha habido nunca una época con tantas olas de calor y, sobre todo, tan largas. Yo creo que tendríamos que haberles puesto nombres, como a los huracanes. Por ejemplo ola Eguzkiñe, ola Markel… Señoras y señores, todo sube, pero la temperatura es lo único que lo hace gratis.

Aunque seguro que me dirán que, en esto del tiempo, impera una doble moral porque nos hemos quejado mucho este verano sobre los 40 grados de la calle, pero nadie ha dicho nada sobre los 40 grados de la ginebra. Como la meteorología no cambie, este año Olentzero, en lugar de bajar del monte, va a venir en bañador y chanclas. Y eso no lo resiste ni Mari Domingi.

Hay cabras más puntuales que presidentes

¡Menudo drama! El otro día, (el 12-O para más señas) Sánchez hizo esperar 50 segundos al rey en su coche. Al parecer, el Falconetti llegó tarde para que se aburriesen de vociferar los bordes que le abucheaban el Día de la Hispanidad.

Y las redes ardieron, con los troles en tromba, porque hasta la cabra de la Legión es más puntual. Y eso que no tiene nadie de protocolo que le lleve la agenda. Por cierto ¿era una cabra, una oveja o un borrego, el animal que mejor les representaría?

Bueno, al grano. Así que con el retraso de Sánchez, los foros, con el tono sosegado que les caracteriza, le han puesto a bajar del carnero. ¿Nos merecemos este maleducado amigo de fascionazis catalufos y vascuescos y ultracomunistas?, decían los más finos. ¿Cómo puede haber españoles que voten a Sanchinflas, mentiroso, socio de podemitas, etarras, independentistas, puro sinvergüenza en acción?, se preguntaban los patriotas. La cabra le da mil vueltas al felón de Antonio, sobre todo en honestidad, clamaban, ajenos a la ley de protección animal. De la chorrada del reloj se montó un circo.

Debe ser una tortura terrible esperar unos segundos en un Rolls Royce con Letizia dentro. ¡Qué pereza! Otro año con exhibiciones militares absurdas, y los mismos de siempre, haciendo lo de cada año. A mí, lo que me parecería preocupante, es que en el lugar con la mayor concentración facheril del planeta, no pitaran a un presidente elegido en las urnas. Llámese a Sánchez, o a Mister Potato.