A la querida vecina ruidosa

El mito de la falta de actividad sexual en Euskadi ha quedado definitivamente desterrado con la nota en el ascensor de Elgoibar a la vecina ruidosa que gime demasiado alto. Estos carteles que cuelgan los ‘coleguis’ de portal dan para un género literario. Y los ruidos sexuales son los grandes protagonistas porque si hay algo que molesta especialmente es ese servicio de despertador no contratado, en modo gente escandalosa, en plena forma amatoria.

La nota del edificio guipuzcoano que se ha hecho viral es para enmarcar. “Es época de berrea pero seguro que hay ciervos que berrean menos que tú”. Es como aquel chiste de Eugenio, Oye, ¿tu mujer grita al hacer el amor?… Joder si grita, la oigo desde el bar.

La falta de invitación a una cama ajena tan divertida ha levantado muchas suspicacias. Pero es genial que los vecinos hayan resucitado el genero epistolar para comunicar quejas de picaderos. Sobre todo cuando se hace con tanta sorna, conminando a la agraciada sexual a compartir la información de tanta felicidad. “Si tu satisfacción es gracias a algún aparato eléctrico, te estaríamos agradecidos si escribes el nombre y modelo en la línea de puntos”, le dicen.

Otros atribuyen la notita al amargado o amargada de turno reconcomido por la envidia. Y muy fastidiado porque para comerse un rosco deben alinearse los nueve planetas del sistema solar, y el complementario de la Primitiva tiene que caer en 6.

Adivina, adivinanza… es un asador, pero no un restaurante

Escribo estas líneas mientras me cuezo a fuego lento en la redacción por culpa de un ‘veroño’ tórrido, y restricciones energéticas que nos han birlado el aire acondicionado. Puede que alguno de ustedes piense que me vendrá bien porque me faltaba un hervor. Pero es que desde hace cinco meses, Euskadi parece un grill donde nos han puesto a gratinar.

¡Qué tiempos aquellos donde solo éramos Mordor!, donde Bilbao tenía cuatro estaciones; otoño, invierno, Abando y San Mamés. Mientras parezco una palomita en una sartén, (la mantequilla la llevo de serie), he descubierto que se puede echar de menos los días de sirimiri y chamarra. Euskadi ha vivido el verano más caluroso de la historia. Y ha habido días que Igorre parecía Pompeya en el año 79 d.C.

No ha habido nunca una época con tantas olas de calor y, sobre todo, tan largas. Yo creo que tendríamos que haberles puesto nombres, como a los huracanes. Por ejemplo ola Eguzkiñe, ola Markel… Señoras y señores, todo sube, pero la temperatura es lo único que lo hace gratis.

Aunque seguro que me dirán que, en esto del tiempo, impera una doble moral porque nos hemos quejado mucho este verano sobre los 40 grados de la calle, pero nadie ha dicho nada sobre los 40 grados de la ginebra. Como la meteorología no cambie, este año Olentzero, en lugar de bajar del monte, va a venir en bañador y chanclas. Y eso no lo resiste ni Mari Domingi.

Hay cabras más puntuales que presidentes

¡Menudo drama! El otro día, (el 12-O para más señas) Sánchez hizo esperar 50 segundos al rey en su coche. Al parecer, el Falconetti llegó tarde para que se aburriesen de vociferar los bordes que le abucheaban el Día de la Hispanidad.

Y las redes ardieron, con los troles en tromba, porque hasta la cabra de la Legión es más puntual. Y eso que no tiene nadie de protocolo que le lleve la agenda. Por cierto ¿era una cabra, una oveja o un borrego, el animal que mejor les representaría?

Bueno, al grano. Así que con el retraso de Sánchez, los foros, con el tono sosegado que les caracteriza, le han puesto a bajar del carnero. ¿Nos merecemos este maleducado amigo de fascionazis catalufos y vascuescos y ultracomunistas?, decían los más finos. ¿Cómo puede haber españoles que voten a Sanchinflas, mentiroso, socio de podemitas, etarras, independentistas, puro sinvergüenza en acción?, se preguntaban los patriotas. La cabra le da mil vueltas al felón de Antonio, sobre todo en honestidad, clamaban, ajenos a la ley de protección animal. De la chorrada del reloj se montó un circo.

Debe ser una tortura terrible esperar unos segundos en un Rolls Royce con Letizia dentro. ¡Qué pereza! Otro año con exhibiciones militares absurdas, y los mismos de siempre, haciendo lo de cada año. A mí, lo que me parecería preocupante, es que en el lugar con la mayor concentración facheril del planeta, no pitaran a un presidente elegido en las urnas. Llámese a Sánchez, o a Mister Potato.

Los Borjamaris del ‘unga unga’

Al grito de «Putas, salid de vuestras madrigueras», un grupito de estudiantes se ha cubierto de gloria. Unos puñeteros cracks los niñatos mequetrefes de las élites que se pueden pagar este Colegio Mayor de agustinos. Un centro que debe ser el mismo del que salió Pablito masters Casado. No nos engañemos.

Imagen de la ‘performance’ machista en el Colegio Mayor de los agustinos.

Esto no es ni una gamberrada ni una novatada propia del inicio de curso. Son descerebrados en un acto hostil y amenazante hacia un colectivo de mujeres. Es la masculinidad pervertida. De estos establos sale la cantera de Vox y algunos de los órganos de poder más rancios y machistas.

Y no cuela que las letras de reggaeton que algunas escuchan, mientras perrean con las amigas, digan habitualmente cosas bastante peores, y no pase nada. Tampoco sirve que en 2021 se publicase un vídeo en TikTok de idénticas características al viralizado ahora en redes sociales. En aquella ocasión, el colegio no hizo pública ninguna repulsa ni anunció medidas. Ahora todo es de cara a la galería.

Si alguno cree que estos Borjamaris del unga unga, que pagan un pastizal por estar en ese lugar, van a ser expulsados, lo tiene claro. Lo máximo será confesión, dos padrenuestros, tres avemarías, ego te absolvo… y a cascarla. Esto no va de ideologías, va de valores. Y cuando se desprecia la igualdad, se llama feminazis a las mujeres que la defienden, se ataca a inmigrantes y gais, no nos extrañe que maten a puñetazos a los homosexuales, o se nieguen los asesinatos machistas.

A ese precio serán huevos de gallina Wagyu

Todo empezó con el racionamiento del aceite de girasol, siguió con la escasez de los cubitos de hielo y continuó pagando la sandía a precio de caviar. Y todo porque la cesta de la compra ha registrado su mayor subida en 34 años. Los supermercados han encarecido sus precios una media del 15%. Para más inri, dice la OCU que lo que más se ha disparado es el carro que forman las marcas blancas, supuestamente más baratas.

El aceite de girasol, con una subida del 118%, es lo más codiciado. Cambio garrafa de cinco litros por iPhone 14, dice mi estado de whatsapp. Los huevos también están por las nubes y parecen puestos por gallinas Wagyu. Le siguen las magdalenas y la margarina (75%) y suma y sigue.

Pues esperen… lo que está por venir porque el 1 de enero entra en vigor el impuesto a los plásticos a 0,45 por kilo y entonces seremos más ecopobres. Comeremos solo arroz blanco pero habremos reducido un 0,0000001% el plástico del planeta, mientras en China se descojonan. Igual que la ocurrencia de Yoli y de Garzón de hacer una compra básica por 30 euros.

Ni Chiquito de la Calzada lo mejoraría; «van a Carrefour una abogada y un economista vestidos de ministros y… no puedo, no puedo». Menos mal que luego está lo del menú degustación de DiverXo. Porque lo bueno de que Dabiz Muñoz haya subido el precio es que antes me estaba ahorrando 250 euros y ahora me voy a ahorrar 365. 

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