El tiempo en Euskadi; ¡Qué Mordor ni qué ocho cuartos!

A los chistes sobre la pertinaz sequía sexual y la proverbial torpeza de los vascos para ligar, antes se añadían las bromas sobre el mal tiempo. Ya saben cosas del estilo; “Hay túneles de lavado con mejor tiempo que en Euskadi”. Pero eso pronto puede ser una utopía. A los datos me remito. El 1 y el 2 de febrero hemos tenido más de 25 grados. ¡Subidón!

Pero es que además diciembre ha sido uno de los meses más cálidos que se recuerdan. Agárrense, la temperatura máxima la registró Amoroto el día 21, Santo Tomás, con 23,6 grados. El día anterior en Orduña el viento había alcanzado rachas de 169,7 kilómetros hora. Y todo porque seremos diferentes pero no somos ajenos al calentamiento global. Ya se ha constatado que el nivel medio del mar ha subido siete centímetros entre 1992 y 2017, a un promedio de 2,8 milímetros anuales. Y a partir de este 2020, se calcula que el número de días helados en invierno disminuirá a la mitad y desaparecerá el fenómeno de las olas de frío. Sin embargo, en verano se esperan olas de calor más largas y numerosas.

Así que pronto pasarán a mejor vida memes del estilo «Bilbao tiene cuatro estaciones: invierno, otoño, Abando y Termibus» o aquel célebre de «Instalando verano vasco… y a continuación: La instalación ha fallado. Verano no encontrado». En la Tierra Media de Euskadi también pintan bastos. ¡Qué Mordor ni qué ocho cuartos! Pronto en Cuarto Milenio no aparecerán casos espeluznantes como aquel de la Semana Santa que no llovió, y habrá que organizar expediciones para rescatar al sirimiri.

El roce hace el cariño

Tres de cada diez personas han mantenido o mantienen una relación sentimental con un compañero de trabajo, dice la estadística. Pocas me parecen. Y créanme que sé de buena tinta de qué va la historia. Uno de los romances en el entorno laboral más sonado tiene lugar estos días en el Congreso. El diputado de ERC, Gabriel Rufián se casará, se ha publicado, con la jefa de prensa del PNV, Marta Pagola. Una revista asegura que el político y la periodista se darán el sí, quiero en Hondarribia este año mientras ellos deshojan la margarita y ni confirman ni desmienten.

La realidad es que el amor fluye en el hemiciclo. Y no solo por el flechazo repentino entre Iglesias y Sánchez. La política hace extraños compañeros de cama y a la presidenta del Congreso, Maritxell Batet se la relaciona con Juan Carlos Campo, el nuevo ministro de Justicia. Como el roce entre escaños hace el cariño, un vicepresidente del Gobierno y una ministra comparten tres criaturas y chalé en Galapagar. Haciendo bueno el dicho de que el poder es el mayor de los afrodisiacos, la lista de idilios sonados en la Cámara baja se alarga y todo el mundo recuerda la pareja Werth-Gomedio. También la que se presume nueva shérif de Ciudadanos, Inés Arrimadas y su marido, Xavier Cima, se conocieron a la luz de la luna del Parlament. Él luchaba por la independencia y ella por la unidad de España. El amor es lo único que sobrevive al Procés.

Vox les desea ¡Feliz Nazidad!

Melchor, Gaspar y… Abascal. Está claro que a la ultraderecha lo de blanquear se le ha ido de las manos porque Vox se ha vuelto a viralizar al preparar una felicitación navideña en la que los tres Reyes Magos son blancos. Según el Manual del Buen Ario de Abascal, los tres Magos de Oriente tienen la piel nívea. En el tradicional christmas versión multimedia, a los de Vox les sobraba la gente de color y barrieron a negros y pelirrojos (sí, Gaspar también ha desaparecido sospechosamente). Habrían pensado que para no tener que pintar a un blanco de negro y que les tachen de racistas por usar el betún, mejor eliminar al rey Baltasar y poner dos Melchores.

Fuentes del partido explicaron más tarde que se trataba de una “filtración malintencionada” y además señalaron que la foto de los reyes había sido cogida de un banco de imágenes (¿a préstamo?). Tras el revuelo suscitado, los amigos de Abascal en Cádiz volvieron a enviar otra felicitación sustituyendo a sus majestades por un portal de Belén. ¡Craso error! Porque en los nacimientos -de dudosas condiciones higiénicas- suele haber un bebé en un pesebre rodeado de mierda de vaca, una burra cargada de chocolate, una madre virgen que delira con una paloma y tres inmigrantes irregulares con estatus diplomático y diversas sustancias de estraperlo que vienen en camello. Los de Vox celebran el nacimiento homeless del hijo de una paloma y una virgen… pero que Baltasar sea negro choca con sus creencias.

Tsunami de ‘wasaps’ casposos

El meme de Julio Iglesias, todo un clásico

Este año vas a mandar el mismo mensaje casposo del año pasado… y ¡lo sabes! Porque no, no es lo mismo felicitar las fiestas personalmente que hacerlo por whatsapp. Todas las navidades se genera un tsunami de saludos en conversaciones grupales que mantienen los chats repiqueteando constantemente con cientos de felicitaciones repetidas. Así que este año estoy decidida a convertirme en el Grinch de estas comunicaciones. Porque no hay nada más cutre que felicitar con un mensaje viral e impersonal. Con esos memes universales que se reenvían a todos los contactos, cumples sí, pero con la ley del mínimo esfuerzo. Lo peor son esos mensajes que parecen personalizados pero que solo han cambiado el nombre del destinatario tras copiar y pegar. O esos otros que son sms de 2008 y que han reactualizado para que parezcan rabiosamente de moda.

Porque el envío masivo es el pan nuestro de cada día. En un grupo nunca falta la amiga que manda una cadena para salvar una vida, el que tiene un meme para cada tema, al que se la pela cualquier regla de ortografía y el que pone siempre ja, ja, ja…. O peor, el que no se lee los ochenta mensajes anteriores y dice: ¿resumen? Y lo más grave de todo, ese momento en el que creías que todo estaba aparentemente tranquilo, abres el móvil y te encuentras 100 whatsapps sin leer. Bueno de momento yo he empezado a wasapear con el Olentzero. Pero él ha cogido y me ha bloqueado. ¡¡¡!!!

¡Qué vienen los rojos!

Llegaron los rojos con un preacuerdo de Gobierno y ya nos llevan directos al abismo. La meteorología ha sido lo primero que se ha rebelado. Las nubes negras han caído sobre nuestras cabezas y estamos sumidos en el peor temporal del otoño. La lluvia no da tregua y el terror se apodera de las calles, la gente huye en todas direcciones por el viento hipohuracanado, y el frío helador provoca tanto castañeteo de dientes que a los más mayores se les ha caído la dentadura postiza. Las olas trepan hasta Igeldo (cuna de batasunos) y la nieve sepulta el chalé de Iglesias. No deja de llover y cae tanta agua que se ahogan hasta en Venecia. Cosas de isobaras que también se han conjurado contra los comunistas y separatistas para preservar la reserva espiritual de Occidente.

Y haciéndose fuerte en el barro, el líder de Vox clama al cielo con tono guerracivilista. Según Abascal, el preacuerdo entre el PSE y Unidas Podemos lleva al país directo hacia la cartilla de racionamiento. Racionamiento, pero estricto, el que había al hacer reparto de cerebros cuando él nació porque le tocó uno bien pequeño. Pero como hay bastantes cerdos que se revuelven bien en el lodo, José María Aznar cree que Pedro Sánchez ha elegido la “peor fórmula posible” para pactar y formar Gobierno. “Frankenstein comparado con lo que parece venir resultará un modelo de armonía”, señala. Siempre mejor Frankestein que Francostein.