Historias del gym o cómo ser Rosalía en versión Michelín

Después del verano, he vuelto al gym. He pensado que si Núñez Feijóo ha podido presentarse a una investidura paripé, yo también puedo hacer una clase de body combat de pega. Total, todo son sesiones fallidas.

Para empezar, ya me ha acomplejado la monitora. Lo de la ropa deportiva deprime mucho. ¡Cómo le queda la indumentaria! Parece que se la han pintado a pistola. Si estás cachas, estupendo, aunque si tienes un cuerpo escombro, vas en plan teletubi. Porque la lorza, si la aprietas, se rebela y adquiere aspecto de morcilla de Burgos. Ahora que ya nadie se pone un chandal de los de toda la vida, y se usan mallas supuestamente sexys, puedes parecer Rosalía en versión Michelín.

Luego, la tía (la profa, digo) es elástica que te mueres, y se dobla como el prospecto de un medicamento. “A tu edad debes hacer ejercicios de fuerza” me recomienda, y me endilga una pesa que parece una berza de cinco kilos. En los gimnasios a la gente le gusta ponerse ante el espejo, y yo me miro y solo veo a la foca Nicanora haciendo torsiones a un palo de escoba.

Antes hacía aerobic, pero ahora hay aquagym, bodypump, crossfit, hipopresivos, TRS, Gap…, que parece que estás en la escuela de idiomas aprendiendo inglés. Y no sabes si vas a ponerte en forma, o a presentarte a una OPE para marine. “La nutrición es fundamental. Te voy a quitar el pan, el alcohol,… y tienes que comer mucha verdura”, me dice el otro día. Pero ¿qué quiere decir mucha? ¿Una hectárea?

El emérito no necesita amnistías

¡Buah ya ha estado otra vez el Borbón en el Bribón! El emérito no necesita amnistías. Vivimos en un estado de derecho. La corrupción es un derecho inviolable. Y el exilio se reserva a rojos y separatistas. Por eso, Juancar no solo regresa cuando le apetece a Sanxenxo, sino que sale de excursión, a navegar con la familia.

«¿Qué plan tienes para el finde?«, le debió preguntar a su hermana. Y nada de una «paellita en casa», mejor, oiga un rule por las Rías Baixas. Así que vuelve sin dar explicaciones, sin clarificar sus cuentas, ni pagar sus impuestos… Pero viene aquí a darse la vida padre y a hacer una singladura con la family.

Bien es verdad que la zodiac, la ‘Cristina‘, parecía el camarote de los hermanos Marx. Allí se amontonaban una persona de movilidad reducida, una discapacitada visual, una recién operada, su cuñado, su sobrino, su ahijado, dos amigos… Al parecer, doña Margarita también es una entusiasta del mar. La afición marinera les viene del bisa, Alfonso XII. Y dicen que su padre, el conde de Barcelona, ya pasaba más tiempo en el ‘Giralda‘ que en tierra firme.

Así que, cualquier día aparecerá el exyerno Urdangarin en el ‘Chorizo I’, a prudencial distancia de la otra hija, a bordo del ‘Nomentero de ná II’. Y hasta es posible que se les sume la infanta Elena. Patroneará el ‘Alibabá II’, como acostumbra.

A quien corresponda; un poco de disimulo no estaría mal. Tampoco hay necesidad de alardear tanto de vivir a cuerpo de rey.

Veroño en versión plagas de Egipto

Esto ni es ‘veroño’ ni es nada… Esto es un calor del carajo, que no es ni medio normal a las puertas de octubre. Si un alienígena aterrizara en la Gran Vía bilbaina y viese en un escaparate un montón de pantallas con informativos de televisión (ya saben una escena mítica de los telefilmes yanquis) pensaría que el apocalipsis ha llegado. Terremotos devastadores, inundaciones catastróficas, cosechas arrasadas, explosión de temporales, descuartizadores que se dejan el ticket de la compra junto a un trozo de pelvis…

Y, en medio, Euskadi sufriendo temperaturas tropicales, calimas saharianas y, en ocasiones, lluvias torrenciales. Hubo días de agosto que hizo tanto calor que en Bilbao se vieron dos hobbits dando vueltas a la plaza Moyúa para tirar un anillo dentro de la fuente. Este mes de septiembre, en el grill de cualquier microondas hacía menos calor que en el sofá de mi casa.

Decididamente, el mundo se ha vuelto loco desde que a las gotas frías se las llama Danas, las borrascas se bautizan con nombres de señoritas cachondas, las tormentas son ciclogénesis explosivas, y las olas de calor extremo vienen acompañadas de anticiclones como Caronte, el barquero del infierno.

Muy mal nos hemos debido portar en otra vida para que los del PP nos manden las diez plagas de Egipto. Feijóo todo el día desatado con su lluvia de ranas e Isabel con la invasión de langostas, pidiendo que los cuatro jinetes del apocalipsis hagan justicia antes de que el país se desmorone.

El gobierno Turuleca ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres

Se autoproclaman defensores del fútbol femenino y no conocen a una sola jugadora. Hablo del BOE, que se ha equivocado con el nombre de la capitana de la selección y condecoró con la medalla de oro al mérito deportivo a una concursante de Supervivientes. La campeona del mundo Ivana Andrés fue confundida con la influencer Ivana Icardi. Sobre la futbolista Oihane Hernández Zurbano, el diario oficial se refirió a ella como Ohiane Hernández Zurbarano.

El gobierno Turuleca ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres. Porque el segundo apellido de Aitana Bonmatí también apareció mal, y así suma y sigue. Las incorrecciones afectaban ¡ojo al dato! a cinco jugadoras.

No conoce ni a quiénes premian. Tropecientos miles de euros en asesores, y la persona que redacta la orden ministerial no sabe ni buscar en Google. Olé. ¿Alguien imagina que los del BOE hubiesen escrito mal los nombres de Iker Casillas o de Andrés Iniesta? Impensable. Pues el ninguneo también forma parte del programa oficial. Igual que el menosprecio de Morata leyendo cabizbajo, sin un ápice de empatía, un comunicado para supuestamente reprobar la labor de su exjefe, sin mencionar ni una sola vez a la compañera.

Dicho lo cual, a nadie extraña que la ONLAE haya anunciado que el spot de la lotería de Navidad lo hará el calvo Rubiales. A ver si nos toca un piquito, dice el slogan de este año. “Yo prefiero un buen mordisco”, ha declarado el recién destituido Vilda.

«Luisito se porta muy bien»

Meme sobre el encierro de la madre de Luis Rubiales

En una puesta en escena delirante, el viernes día 25, Luis Rubiales se negó a dimitir y dio un discurso incendiario, mil veces más grave que el famoso beso. Si unos días antes había resucitado los tiempos más turbios del garrulismo, con la comparecencia pública se empeñó en que el beso en la boca a Hermoso fue un pico. No, señor representante del furbo-spañoo, fue un gesto de poder.

En un ataque misógino y soez, cargó contra la jugadora, “ella me acercó el cuerpo”, dijo, y arremetió contra el falso feminismo “una lacra social” del Gobierno y de la prensa.

Mucho antes de su impresentable actuación en Australia, ya había dado muestras de su zafiedad. Había vendido el fútbol a la tiranía de Arabia Saudí donde las mujeres valen menos cero. Se había agarrado los co…nes en el palco de autoridades, que solo le faltó meterle mano a Letizia, y se había paseado por el vestuario, cual cacique, anunciando un viaje a Ibiza como “regalito a mis chicas”. Unas chicas a las que despreció absolutamente cuando quince exigieron cambios. Y a las que luego llamó «campeones» porque en el equipo técnico también hay tíos. Esto no va de fútbol. Va de falta de igualdad.

Pero resulta sonrojante escuchar a esos periodistas deportivos, que llevan años haciendo machirulas retransmisiones, que nunca habían visto un partido de chicas ni en pintura, ejercer de hiperfeministas. Igual de vergonzoso que la inicial reacción de la cuadrilla de lacayos de la Federación que luego se han visto obligados a maquillar . Menos mal que Jenni sabe que la rana es un sapo, y no compra ese relato victimista, cínico y casposo.

Pues bien, ahora acaba de salir la madre a rematar la jugada porque Luisito es un buen chico. La señora confía ciegamente en su chaval, se declara en huelga de hambre y se encierra en una iglesia. Hace bien en acogerse a sagrado, porque sólo un milagro hará que su «inocente» hijo se libre. Aunque todo esto solo demuestra que la tendencia al esperpento de Rubiales le viene de familia.