Escribo estas líneas en pleno corazón de Borgoña. No muy lejos de aquí discurre el Tour, un espectáculo ciclista que motiva el acontecimiento sociotelevisivo más relevante del año, capaz de alterar la siesta de unos y los compromisos profesionales de otros. El Tour rompe en dos las opciones de consumo audiovisual: hay que escoger entre cotilleo y pedaleo, entre culebrón y serpiente multicolor. Además, hay que decidirse entre TVE o ETB1, es decir, entre castellano o euskera, disyuntiva que ofrece a los sociólogos datos de gran valor para comprender las contradicciones de nuestros ciudadanos. ¿Es entendible que la mayoría elija la cadena estatal en vez de la vasca? ¿Es solo un problema lingüístico o es que los comentaristas españoles superan en solvencia a los locutores vascos? ¿Por qué ETB no pone más empeño en captar audiencia y prodigar emoción añadiendo mejores recursos a las imágenes servidas?
Las retransmisiones del Tour son modelo de muchas cosas. Ante todo, son una máquina de vender los atractivos turísticos franceses. Se diría que el Tour es la excusa perfecta para una formidable operación de imagen, con la particularidad de que su retórica persuasiva excluye el debate sobre los excesos chauvinistas de los galos para centrarse en lo irrebatible: la belleza de sus valles y montañas, su ordenado territorio y la arquitectura histórica que puebla de norte a sur el gran país de Víctor Hugo. Tour o turismo es lo mismo, sería su eslogan.
Hasta el 24 de julio, la Euskadi ciclista solo tiene ojos para la tele, con la ilusión de un triunfo de etapa y el sueño de un puesto en el podio para los nuestros. Cuando un espectador vasco mira las imágenes del Tour busca el color naranja y querría, daltónicamente, que entre los corredores que marchan destacados hubiera siempre alguno con maillot naranja. También busca ikurriñas y aficionados civilizados que le representen. Es una carrera por la autoestima colectiva. Euskaltel pone a Euskadi en el mapa y a un pequeño pueblo entre los grandes. Paris vaut bien une sieste.
es verdad en esta epoca, el Tour ocupa todos los espacios en la television. Me ha gustado mucho este articulo.