Hay mentiras y falacias, y no sé cuál es peor. Mentira es que la razón del éxito de Podemos sea la presencia de su cabeza de lista, Pablo Iglesias, en las tertulias audiovisuales. Y falacia es que el joven profesor haya creado una formidable corriente gracias a su habilidad comunicativa en los platós. Alguien soltó en la noche electoral la falsa verdad de que el triunfo de Podemos tenía su raíz en la tele y rápidamente hizo fortuna entre los analistas. No han entendido nada. Porque Iglesias es la negación del líder carismático: su perfil emocional es frío y desabrido, con un lenguaje corporal grosero y sin apenas sonreír. Su intención ha sido cultivar una identidad intelectual, sin lugar para un corazón entusiasmado. Solo por esto hubiera fracasado.
Las causas son extramediáticas: lo político, lo formal, lo oportuno y lo virtuoso. En lo político, Podemos ha sido el refugio acogedor de los indignados y huérfanos de la izquierda. En lo formal, ha calado la simplicidad de sus mensajes y el pensamiento-eslogan. En lo oportuno, ha capitalizado el rechazo a los partidos con una alternativa innovadora. Y en lo virtuoso, ha huido de mostrar ambición de poder, como un líder casual. También le ha ayudado la marca, al estilo Obama; una estética singular, el rescate de la utopía y que los más torpes defensores de la derecha (Marhuenda, Inda, Rojo y otros) confrontaran con él, referenciándole como adalid frente a los trovadores de un sistema despiadado.
Tampoco Javier Nart y Ciutadans le deben sus escaños a la tele. La derecha navajera necesitaba a un tipo agresivo y encontraron en el cínico tertuliano el perfil idóneo. Para un propósito noventayochista: que el ciudadano español supere su complejo de inferioridad.
Si hubiera alguna explicación televisiva para la sorpresa del 25-M la hallaríamos en Jordi Évole. Cautivo y desarmado el PSOE por el zapatarismo, la narrativa crítica de Salvados se ha decantado en el movimiento Podemos. Temo que ahora los estrategas electorales conviertan las tertulias en laboratorios de ensayos.
Si, es un líder fri el del movimiento Podemos..Pero ha cautivado a la gente, porque tiene un discurso distinto, y parte de un movimiento de personas indignadas, qu les falta plasmar esa acción en formación política. Con tan pocos recursos econoicos, han obtenido tantos votos, creó que los demás partidos políticos deben plantearse que están haciendo en sus formaciones. Creó que a las personas les ha encantado , precisamente que no es visceral ni pasional y que lo que dice es la verdad de todos. Muchas formaciones políticas, ponen pasión y corazón , solo en campaña electoral. Y el pueblo se ha cansado de tanta comedia.
Muchasfelicidades por el articulo. Muy intereante.
No sé, Blázquez, qué pensar ya de tus análisis.
Desde que anunciaste la disolución «como un azucarillo» del Tsunami de la izquierda abertzale aquí mismo (por no hablar de cuando te mojaste y equivocaste en la previsión de adjudicación de diputados que finalmente fue 7 Amaiur 5 PNV -frente a tu quiniela 4 a 6, respectivamente) hasta hoy que vemos a EHBildu no sólo no erosionada sino sorpassando como Pedro por su casa, no me convencen.
Nadie es perfecto, Aritz, y yo tampoco. Así que me equivoco y también acierto.
«La derecha navajera necesitaba a un tipo agresivo y encontraron en el cínico tertuliano el perfil idóneo. Para un propósito noventayochista: que el ciudadano español supere su complejo de inferioridad.»
La idea, más bien, es dejar de hacer caso a los complejos de los nacionalistas periféricos, que son muchos, de gran fantasía, y fuente de privilegios para unos pocos.
Arreglar un desastre, producto, entre otras cosas, del complejo de unos españoles acomplejados de ser españoles.
Desastre que por aquí alimentas con pasión.
No deben de pagar mal, por aquí.
Que fijación tienes, Teo, con eso de pagar. Te recuerdo que mi columna es de opinión, y la opinión es libre. Como yo.
Para frío Ortuzar diciéndonos que su partido no es monárquico mientras nos mete otro rey más diciendo que va a ayudarle a proteger los valores que defiende, o sea, a ayudarle a que le ayude.
Ah, pero es no-monárquico, claro.
No sé por qué me da que el 25 os sentó a algunos como si os hubiera salido un grano en el culo. De ahí tu ataque al sr. Iglesias.
Ahora Borbón os rescata. Borbón Hijo, claro, que ese sí que es frío y peligroso.