¿Regeneración? Visto lo visto ayer en los ayuntamientos de Euskadi y el Estado, lejos estamos de algún atisbo de regeneración política. En muchos casos el espectáculo ha sido bochornoso.
En Gasteiz, Bakio, Andoain, Plentzia… impresentable.
Alianzas absurdas, pucherazos, venganzas, reproches, gritos, insultos… y todo ello en nombre del pueblo. Los mismos que justifican un acuerdo en un sitio, lo critican en otro. U olvidan su complicidad en recientes pactos que ahora lamentan. Y los emergentes se adhieren como campeones a la vieja política. Puro y miserable partidismo, carente de la mínima grandeza ética y categoría moral.
Ni en el fondo ni en la forma se han hecho bien las cosas. En Gasteiz, el PSE retira su apoyo al PNV porque un concejal de este partido ha incumplido su acuerdo en Andoain. Una vendetta infantil. Con el indeseable apoyo de EH Bildu y de las plataformas emergentes al PNV, sin previo acuerdo programático. Es verdad que Maroto se ha labrado su propia tumba con un discurso segregador y socialmente peligroso; pero en esta alternativa ha faltado dignidad política y ha sobrado aritmética para expulsarle como hubiera sido noble y democráticamente deseable.
La misma o parecida miseria política ha llovido sobre en Bakio, Plentzia y otros municipios. En estas dos localidades marineras ha prevalecido el rencor y la mezquidad sobre la racionalidad. No podemos desconocer que, al final, la política la hacen las personas y no los partidos. Y mucha de esa gente, que sonríe y ama, camina por la calle con toda su ruindad a cuestas.
¿Qué decir de los lloros y lamentos del PP olvidando el pacto antinacionalista Lopez-Basagoiti de 2009?
Y así sucesivamente.
Y esperen, que aún quedan por constituir las diputaciones y varios gobiernos autonómicos, donde puede ocurrir de todo.
Esta es, sencillamente, la calidad democrática de nuestro sistema.
Sí, regresamos a los años 80 y 90, con acuerdos demenciales en nombre de la estabilidad institucional. ¡Por Dios! Siempre será mejor la inestabilidad natural de las cosas que la compraventa de tranquilidad para una sociedad mediocre. El argumento de la estabilidad contiene una de las más falacias más demoledoras de cuantas he escuchado últimamente.
¿Alternativas? Las hay, pero son más complejas y no tan tranquilizadoras como los acuerdos de compraventa de cargos y apoyos condicionados. Y desde luego, son mucho más democráticas. La alternativa es gobernar a varias bandas, con unos y con otros, en minoría, tratando de llegar a acuerdos difentes en diferentes temas. Los pactos de cada día, según de qué se trata. Acuerdos diversos, sin un patrón único, abriendo espacios de mayor complicidad y penetrando en las nuevas sensibilidades.
Claro que esta forma de entender la política, más creativa y abierta, trae sus agobios y exige mucha capacidad de diálogo. La sociedad está preparada para este modelo radicalmente transversal, imaginativo, donde los responsables personales en cada lugar tienen más peso que las ejecutivas centrales de los partidos. Una gobernanza menos tutelada. La obsesión por las mayorías es como tener una calculadora en el corazón. No, las mayorías se hacen con la sociedad, con toda la sociedad, y no selectivamente entre partidos.
Vale con insertar en la política lo que se pide a las organizaciones, empresas y educación: innovación. O sea, impulso por cambiar lo que ya no funciona.
En fin, paren, que yo me bajo.
totalmente de acuerdo con usted- Ha sido un espectáculo auténticamente impresentable. Un verdadero caos.
Como nacionalista , no entiendo el pacto entre el PNV y el PSE. No tanto por lo que realizaron en el pasado, su pacto con el PP con el fin de robar con malas artes la Lehendakaritza. Si no , porque han demostrado en exceso que con todas sus acciones no merecen confianza. Y asi lo han plasmado los pactos que han hecho las ejecutivas y como se lo han saltado en diferentes organizaciones municipales. Lo dicho, que era cuestión de esperar, y ha llegado mas pronto que tarde.
Bochornoso, me parecio las palabras de agradecimiento del ya alcalde de Bilbao al concejal del partido socialista y recién nombrado teniente alcalde. Lamentable.
Como dice , no hay dignidad política. Evidentemente que no, dado que no hay categria humana en el corazón de las personas , por ende no hay dignidad política. Y justifican » todovale». Y esto no es asi.
Entiendo al igual que usted, que hay un miedo sin limites a gobernar en minorías, pero es un error . Asi queda reflejado en todos los comporatmientos que hemos visto ayer , en la solemne ceremonia de toma de posesión de los nuevos ediles.
Referente al alcalde del PP en Vitoria – Gasteiz, creó que no ha alido para el PNV de una forma digna. Asi , no ha estado bien.
Asi no se hacen las cosas.
Reiterarle mis felicitaciones por su articulo y expuesto de una forma sencilla y con dignidad y categoría humana, toda la que le hace falta a los que han formado parte de este espectáculo tan cutre y patético.
» Gobernar a bandas con unos y con otros»,
Como entiende el acuerdo con unos y con otros?.
No creo que tengamos una formula mágica para los humanos, al final es pactar con los otros, antes, durante y después, su formula retrasa la «estabilidad» muy importante aunque usted no valore,(hoy) y mas pronto que tarde nos lleva al mismo «compadreo», acuerdo, como quieran llamarlo.
Comprendo los argumentos que aducen,(traición, reventa etc. y que comparto, pero al final hay que gobernar, administrar( estas cosas se las he escuchado, mejor leído, y siguen siendo fundamentales. La formula en la honestidad de las personas, y en cada cual es diferente.
Envidio sanamente lo sucedido en Iruñea, en Barcelona, en Cádiz, Madrid o Valencia. En Bilbao parece que vivimos anclados en la Era de la Marmota, un cansino Dèja Vu político muy rancio de tics, frases hechas, reparto de cargos, … «más de lo mismo para los mismos».
Y van …
Hartman: la gestión del PNV, no se puede ni debe poner en duda. Ha sido excelente, y asi esta demostrado en su trayectoria en el ayuntamiento que mencionas, el de Bilbao.si, ha hecho mal, en realizar el pacto con el PSE- Y asi se esta viendo que no se puede confiar en ellos, como en determinados pueblos, no han respetado el pacto de sus ejecutivas.Increible.
Asi que no debes comparar, el pueblo de Bilbao, con Madrid, y Valencia donde la corrupción era la reina por excelencia. U por supuesto que han hecho bien , en ambiar. Aquí es totalmente diferente.