Efectos especiales: los debates electorales.

Trump

La provocación es útil y creativa. El psicólogo Edward de Bono la incluye como herramienta en su método de pensamiento lateral para la resolución de problemas de modo imaginativo. Personalmente, me divierte y la practico; pero reconozco su peligrosidad frente a seres sensibles y aplicada en asuntos complejos. Las técnicas electorales deberían evitar su abuso, porque se orienta a la descalificación, la búsqueda rabiosa de notoriedad y la desviación dialéctica. Así la vimos brillar en el debate entre los diez candidatos que compiten en las primarias republicanas, celebrado en Cleveland el pasado jueves y retransmitido por Fox: fue toda una representación del arte de provocar, al borde del espectáculo surrealista.

En este contexto, el magnate inmobiliario Donald Trump, tan fascista como listo, causó impacto con sus perturbadoras promesas, formuladas para satisfacer el egoísmo primario de unos y causar el enojo de otros, como invitación al odio recíproco. La provocación es así de simple cuando irrumpe sin categoría ética. Retumbó como una bomba su decidido propósito de levantar un muro de la vergüenza entre México y EE.UU. para impedir la emigración ilegal. En el show televisado no importan las ideas, sino cómo suenan de fuerte y cuánto desestabilizan. Los debates son a la democracia lo que los efectos especiales al cine. He ahí la demostración de que las discusiones entre candidatos, que tanto gustan a los medios, son básicamente oportunidades para la impostura de los peores.

Hasta noviembre de 2016 en USA, como también este año en España, habrá nuevos realities políticos, más payasos de mala risa y muchos prestidigitadores haciendo trucos en el circo de la tele. Entre tanto, nos cabe la esperanza -si es que la esperanza es humana todavía- de que Hilary alcance el hito histórico de ser la primera presidenta norteamericana, como antes Barack Obama consiguiera ser el primer presidente negro. Si lo imaginable (amor, grandeza, equidad, compasión) es una quimera, ¿para qué demonios sirve la imaginación con la que nacimos?

Un comentario en «Efectos especiales: los debates electorales.»

  1. Muy buena reflexión, abordando el arte de provocar. Lo cierto que ami no me gusta la provocación , pero econozco que en ámbitos electorales y televisivos entiendo que es necesaria esta herrmienta. Con el fin de causar impacto.
    Muchas felicidades por su articulo

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